El canciller alemán, Friedrich Merz, utilizó su primer mensaje de Año Nuevo para pedir confianza en la capacidad de su país y de Europa para superar una etapa de crisis marcadas por las tensiones geopolíticas y el estancamiento económico, subrayando que Alemania no es "un juguete" en manos de las grandes potencias mundiales.
Durante su discurso, hizo un llamado a una visión positiva del futuro a pesar de todos los desafíos a los que se enfrenta Europa e insistió en que Alemania tiene en sus manos el poder de "superar cada uno de estos retos con su propio esfuerzo". "No somos víctimas de circunstancias externas. No somos un juguete de las grandes potencias. No tenemos las manos atadas", manifestó Merz, agregando que el pueblo alemán no debe dejarse guiar "por el miedo y el desaliento", sino por "la confianza y la fe".
En la misma línea, dijo que el año que viene puede ser un "momento de nuevos comienzos" tanto para su nación como para Europa, siempre que se implementen reformas fundamentales. Resaltó que la sociedad alemana "se ha reinventado una y otra vez" y ha salido fortalecida de crisis anteriores, y animó a que el 2026 esté guiado por la confianza en su propia "capacidad" más que por la ansiedad ante los riesgos globales.
Entre los desafíos para Europa, Merz señaló la creciente competencia estratégica con Rusia y China, así como el auge del proteccionismo y el uso de la dependencia de materias primas "como herramienta política contra nuestros intereses". A esto se suma, dijo, una relación más difícil con EE.UU. bajo la presidencia de Donald Trump, que ha impuesto nuevos aranceles y tensiones comerciales con la Unión Europea.
En el plano interno, el jefe del Gobierno adelantó reformas estructurales en el campo social. Anunció que en 2026 se deberán aprobar cambios "fundamentales" para garantizar la financiación a largo plazo de los sistemas de pensiones, sanidad y cuidados. Reconoció que la economía alemana se enfrenta a "altos costes, conflictos comerciales mundiales y la presión de reformas necesarias" tras mucho tiempo de inversión insuficiente, pero sostuvo que las decisiones ya adoptadas empezarían a dar frutos en los próximos años.
Mirando al 2026 que está por iniciar, expresó su esperanza de que "Alemania y Europa puedan, con renovada fuerza, reconstruir décadas de paz, libertad y prosperidad".