El presidente de Bielorrusia, Alexánder Lukashenko, declaró esta jornada que el primer uso combativo del sistema ruso de misiles balísticos Oréshnik, el 21 de noviembre de 2024, destruyó en un minuto la planta Yuzhmash en la provincia de Dnipropetrovsk.
"Era un complejo enorme, única en la Unión Soviética, con cinco o siete pisos bajo tierra, donde todos se preparaban para una guerra nuclear. Y entonces Oréshnik lanzó un ataque contra Yuzhmash y, en un instante, ese enorme complejo, único en el mundo, dejó de existir. Ya no voy a mencionar cuántas personas murieron", citó el servicio de prensa del jefe de la república.
Lukashenko señaló, además, que, después del primer uso de Oréshnik, el presidente ruso, Vladímir Putin, rechazó categóricamente la propuesta de lanzar ataques contra los centros de toma de decisiones en Kiev.
Este martes, el sistema ruso de misiles balísticos Oréshnik entró en servicio en Bielorrusia, donde se celebró una ceremonia solemne en la que se izó la bandera de las Tropas de Misiles de Designación Estratégica de Rusia.
Sistema de misiles sin precedentes
El Oréshnik es un novedoso misil balístico ruso de alcance intermedio capaz de alcanzar velocidades hipersónicas de hasta Mach 10, unos 3 kilómetros por segundo. Su alcance oscila entre los 800 y los 5.500 kilómetros. La potencia de un ataque masivo con el Oréshnik puede ser equivalente a la de un ataque nuclear: todo lo que se encuentra en el epicentro de la explosión queda pulverizado.
El primer uso operativo de este sistema de armas se registró el 21 de noviembre de 2024, cuando destruyó con precisión la planta ucraniana de Yuzhmash, uno de los mayores complejos industriales heredados de la época soviética. Horas después, el presidente ruso, Vladímir Putin, confirmó que se había empleado en esa acción el nuevo misil Oréshnik.
"Se probó en condiciones de combate uno de los sistemas rusos de misiles de alcance intermedio más novedosos. En este caso, con un misil balístico en un equipo hipersónico no nuclear", anunció Putin. Según apuntó el presidente ruso, "no hay ninguna posibilidad de derribar estos misiles".
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