La felicidad propia del sorteo de Lotería de Navidad, este año en España ha tenido un sabor agridulce en un pequeño pueblo de menos de 1.000 habitantes del interior del país, en el que sus vecinos han visto cómo se han esfumado cuatro millones de euros por un error de unos jóvenes.
En Villamanín de la Tercia, en la provincia de León, han pasado de las celebraciones por haber sido agraciados con el primer premio, que debía dejar una lluvia de 35 millones de euros, a una especie de estupefacción al ser conscientes del enorme enredo en el que están inmersos.
La Comisión de Fiestas, que como todos los años emitió participaciones de décimos de lotería, en esta ocasión emitió más papeletas de las que tenía respaldadas por los décimos oficiales, volviendo la celebración todo un caos en este pequeño pueblo.
Un taco olvidado
Los protagonistas de esta historia son un grupo de 15 jóvenes de entre 18 y 25 años que, de manera voluntaria y de forma independiente del Ayuntamiento, gestiona participaciones de la Lotería de Navidad.
Los décimos cuestan 20 euros y están premiados con 400.000 euros cada uno y la Comisión hizo participaciones de cinco euros: cuatro de lotería, premiados con 80.000 euros, y un euro para sufragar los costes de las fiestas locales.
Este año habían vendido desde el verano 90 décimos en participaciones, como venían haciendo durante los últimos siete años, tanto a los vecinos, como a los habitantes de las localidades cercanas o a aquellas personas que estaban de paso.
El problema vino cuando uno de los tacos, de 50 participaciones, se quedó, todo indica que por error, olvidado en casa de uno de los organizadores y no se consignó en la administración de lotería, de manera que se quedó sin respaldo de los billetes oficiales.
Los organizadores renuncian a 2 millones de euros
Los jóvenes integrantes de la Comisión de Fiestas han propuesto la única solución que por ahora parece viable. Han renunciado a sus premios y entregado sus décimos personales y el grupal, que suman un total de dos millones de euros, para repartir entre el resto de los agraciados.
Aún así, la suma no llega para tapar el agujero creado, por lo que los jóvenes proponen entregar esa suma, a cambio de que los premiados acepten una quita en sus premios, que se estima que podría ser de entre 3.000 y 5.000 euros, y renuncien a emprender acciones legales en su contra.
Por el momento, en el pueblo hay división de opiniones y no está claro que todos los afectados acepten el trato. Los décimos agraciados están consignados actualmente en un juzgado, que será el responsable de hacer la entrega en el caso de que todos los vecinos finalmente se conformen con la solución planteada.
El grupo de adolescentes hizo pública su propuesta en una reunión en la que entre lágrimas aseguraron que en ningún momento intentaron lucrarse y que todo se debió a un error.
Por su parte, el Ayuntamiento emitió un comunicado en el que manifestaba su "pesar por la situación que se está viviendo en el municipio", así como por la imagen que se estaba dando "que no representa el sentir ni los valores de convivencia" de Villamanín.