La primera ministra de Japón, Sanae Takaichi, aprovechó su mensaje de fin de año para introducir una nota de humor a propósito de su reciente mudanza a la residencia oficial del jefe de Gobierno, evocando una vieja leyenda urbana sobre fantasmas que la habitan.
Tras explicar en una publicación en X que su gabinete "apenas acaba de ponerse en marcha", añadió que "como gestora del Estado" no puede relajarse ni en Año Nuevo. Además, señaló que había terminado la mudanza a la residencia oficial, rematando con una broma: "Todavía no me he encontrado con los legendarios fantasmas".
Este comentario no es casual, ya que desde hace décadas en Japón circula una leyenda urbana sobre la residencia del primer ministro, relacionada con los intentos de golpe de Estado y asesinatos políticos ocurridos en el edificio original en los años 1930. Aquellos episodios alimentaron la percepción de que el lugar estaba maldito, y con el tiempo medios y políticos empezaron a hablar, en tono medio serio, medio jocoso, de los "fantasmas" de militares y dirigentes muertos allí.