En su continuada agresión contra Venezuela y tras la incautación de petroleros en el Caribe, EE.UU. sancionó a cuatro empresas y buques chinos por "operar en el sector petrolero venezolano", informó este miércoles el Departamento del Tesoro.
Las entidades y buques sancionados fueron incluidos en la lista de los llamados Nacionales Especialmente Designados (SDN, por sus siglas en inglés), de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC).
Las empresas sancionadas, todas con sede en China, son Aries Global, Corniola, Krape Myrtle y Winky International. Entretanto, los buques petroleros incluidos en la lista SDN, vinculados con esas compañías, son Della y Valiant, con bandera de Hong Kong; así como Nord Star, de Panamá, y Rosalind, de Guinea.
Las razones
El Departamento del Tesoro justificó la medida alegando, nuevamente sin presentar prueba alguna, que algunos de los buques "forman parte de la flota paralela que presta servicios a Venezuela" y "continúan proporcionando recursos financieros" al Gobierno del presidente Nicolás Maduro, al que tilda de "narcoterrorista" e "ilegítimo".
"La medida de hoy es una señal más de que quienes participan en el comercio petrolero venezolano siguen enfrentándose a importantes riesgos de sanciones", amenaza Washington.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, expresó que el presidente estadounidense, Donald Trump, "ha sido claro", al señalar que no permitirán que la Administración de Maduro "se beneficie de la exportación de petróleo mientras inunda EE.UU. con drogas mortales".
"El Departamento del Tesoro seguirá aplicando la campaña de presión del presidente Trump sobre el régimen de Maduro", amagó.
Venezuela bajo el asedio de EE.UU.
- Caracas se ha enfrentado a múltiples agresiones estadounidenses en los últimos meses, incluyendo la reciente incautación de buques cargados de petróleo para su exportación.
- Desde agosto pasado, EE.UU. mantiene el mayor despliegue militar de las últimas décadas en las aguas del Caribe, con presencia sostenida de activos navales y aéreos. En un primer momento, Washington justificó esta operación bajo el argumento del supuesto combate al narcotráfico, responsabilizando, sin presentar pruebas, al Gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro, de contribuir a ese delito.
Con el paso de los meses, la narrativa oficial de Washington ha experimentado un giro previsible. Tal como había denunciado el Gobierno venezolano, el supuesto foco en el narcotráfico ha dado paso a un discurso abiertamente centrado en el control y la apropiación ilegal de los recursos energéticos del país suramericano, en un contexto de creciente presión económica y amenazas de uso de la fuerza. En las últimas semanas, EE.UU. ha incautado al menos dos buques petroleros, en un acto tildado por Caracas de "robo" y piratería".
La operación militar estadounidense también ha tenido consecuencias letales. Más de 100 personas han muerto como resultado de más de una veintena de bombardeos contra pequeñas embarcaciones en aguas del Caribe y el Pacífico, sin que EE.UU. haya demostrado públicamente la vinculación de estas con actividades ilícitas.
El pasado 23 de diciembre, el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebró una reunión de emergencia, tras la petición de Venezuela, que ha denunciado la escalada de agresiones de EE.UU. en su contra.
El representante permanente de Caracas ante la ONU, Samuel Moncada, denunció que las acciones de EE.UU. representan "la recolonización de Venezuela, la reconquista de todo el continente". "Estamos ante la masiva violación de todo el derecho internacional y una moral e indecorosa propuesta que nosotros no podemos aceptar", precisó.
La posición venezolana fue respaldada abiertamente por Rusia, cuyo representante permanente ante la ONU, Vasili Nebenzia, advirtió que Moscú tiene "todos los motivos para creer que lo que en la actualidad está haciendo EE.UU. contra Venezuela no es una acción puntual: se trata de una intervención que podría convertirse en un modelo para futuras acciones militares contra otros Estados latinoamericanos".
Además, China, Colombia, Brasil, México, Nicaragua y Cuba manifestaron su apoyo a Caracas.


