"Esta alianza diabólica entre los gobiernos y las transnacionales puede definirse como fascismo, aunque el carácter global de estas operaciones puede requerir un nombre nuevo y especial", recalca.
Lo que ha permitido a las agencias tipo NSA actuar con tal impunidad es que los gobiernos han sacado partido a la paranoia después del 11-S, destaca el especialista.
¿Dónde está la crisis política?
Según las revelaciones de Snowden, publicadas en la revista alemana 'Der Spiegel', la NSA inspecciona decenas de millones de llamadas telefónicas y los datos de millones de usuarios al día. Los EE.UU. "están acostados con los alemanes, igual que con muchos otros estados occidentales", recoge la revista la declaración de Snowden. Además, según estas revelaciones la inteligencia de EE.UU. trata a Alemania como "socio de tercera clase".Pero la noticia no ha ocasionado un escándalo internacional, destaca Henningsen. "En condiciones normales esto provocaría una crisis diplomática entre los miembros de la Unión Europea y EE.UU.; pero los tiempos no son normales", dice el experto.
Es obvio para la gente de todo el mundo que el Gobierno federal de EE.UU. y la NSA están fuera de control y deben ser parados cuanto antes para preservar la dignidad que les queda, cree Henningsen, añadiendo que la actitud actual de EE.UU. no demuestra que la reputación sea la prioridad del país.
"Lo que los líderes políticos no han entendido todavía es que cuando se acaba con la reputación, termina también la confianza, y la situación es bastante peligrosa".