Los pilotos del PAK-FA tendrán una cantidad ilimitada de oxígeno

El avanzado caza T-50 (PAK-FA) dispone de un nuevo sistema de suministro de oxígeno a la máscara de respiración que genera oxígeno a partir del aire y permitirá prescindir de balones de gas en el avión.
Según Mijaíl Dúdnik, jefe del proyecto desarrollado por la empresa rusa Zvezdá, especializada en sistemas de sobrevivencia aeroespacial, gracias a este sistema la duración de los vuelos de altura ya no dependerá de la cantidad de oxígeno almacenado en los balones.

Además, el sistema ahorra en la carga útil: la masa de sus equipos ronda unos 30 kilos, mientras que el sistema que requiere balones de oxígeno pesa en torno a 90 kilos.

"Esto es importante sobre todo para los cazas de combate, con su permanente escasez de espacio y carga útil, donde almacenar oxígeno en grandes cantidades es imposible, como en los grandes bombarderos", aclaró Dúdnik.

Según el ingeniero, el desarrollo del sistema comenzó hace cinco años, y ahora el nuevo equipo está instalado en los cuatro prototipos del T-50/PAK-FA.

Según Anatoli Kornukov, excomandante de la Fuerza Aérea de Rusia, el nuevo sistema de oxígeno ayudará a reducir en las bases el personal que se dedica al mantenimiento de instalaciones de generación de oxígeno.

Además, los sistemas de oxígeno desarrollados para los PAK-FA serán instalados en los aviones de entrenamiento Yak-130 y los cazabombarderos embarcados MiG-29K/KUB. Según el diario ruso 'Izvestia', se han recibido pedidos de compra de estos sistemas de los ministerios de Defensa de Argelia y de Malasia, que tienen previsto dotar de un nuevo sistema de oxígeno a sus cazas de la familia del Su-27/30.

Un sistema semejante de generación de oxígeno, denominado OBOGS, es usado también por los cazas estadounidenses F-22 Raptor y la versión embarcada del F-18 Hornet.

Anteriormente se informó que los cazabombarderos T-50 tendrán un nuevo equipo anti-G, que permitirá a los pilotos resistir una sobrecarga de 9g durante 30 segundos y eyectarse del avión a una altitud de 23 kilómetros. El equipo incluye también un nuevo traje antigravedad capaz de compensar la presión sobre los pulmones.