El presidente Vladímir Putin, comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de Rusia, visitó personalmente el Lejano Oriente del país durante el desarrollo de una de las etapas de las maniobras. El jefe de Estado elogió los resultados de los ejercicios destacando la alta preparación para el combate del ejército ruso y su capacidad para resolver las tareas asignadas.
La impresionante escala de las maniobras, que se desarrollaron a través de miles de kilómetros, contó con la participación de aeronaves Su-25, cazas MiG-24, tanques, vehículos blindados y vehículos aéreos no tripulados.
Las maniobras fueron una prueba no solo de entrenamiento de combate militar, sino también de gestión de las unidades del ejército. El ataque contra un enemigo simulado tuvo lugar no desde un frente unido, sino en unidades separadas, que debían operar prácticamente de forma autónoma, pero formando parte de un mecanismo de acción coordinado.
El objetivo principal de las maniobras fue el control de disponibilidad de unidades para realizar las tareas asignadas y la evaluación del nivel de formación del personal y preparación de las unidades técnicas y equipo militar.