Estructuralmente, el nuevo misil antibuque llamado LRASM ha sido desarrollado a partir del misil de crucero de gran alcance JASSM, clase aire-superficie.
Las pruebas de ese nuevo misil antibuque se llevan a cabo en el marco de un programa más amplio para extender las posibilidades del bombardero B-1B, carente de funcionalidad estratégica desde 1998 y en fase de actualización para el uso de armas convencionales.
Aunque subsónico, el nuevo misil tiene un alto índice de supervivencia debido al uso de tecnologías furtivas y es capaz de detectar e indentificar su objetivo dentro de un grupo de buques.
La nueva tecnología proporciona la oportunidad de 'disparar y cambiar de opinión'
"Una de las mejoras más importantes de esta arma es su capacidad de reorientarse hacia un nuevo objetivo y ser reprogramado durante el vuelo", dijo el mayor Shane Garner, uno de los encargados de las pruebas.
"A diferencia de la mentalidad 'dispara y olvida' de los JASSM [versión anterior de este misil], la nueva tecnología proporciona la oportunidad de 'disparar y cambiar de opinión'", añadió Garner.
En junio de 2012, la Fuerza Aérea de EE.UU. puso en marcha el programa de modernización de los bombarderos B-1B más amplio de la historia de estos aviones. Los bombarderos tendrán nuevas pantallas de información y nuevos sistemas de comunicación y de control. Las pruebas de los primeros aviones actualizados están programadas para este año.