Más concretamente, algunos expertos del FBI exageraron en sus testimonios las coincidencias entre los resultados del análisis microscópico de cabellos encontrados en la escena del crimen y muestras del pelo de los acusados. Cabe destacar que ya en los años 1970 los informes de los laboratorios del FBI sostenían que las coincidencias en las muestras de pelo no pueden usarse como una identificación definitiva. Sin embargo, a lo largo de las décadas hubo agentes que ignoraron esta advertencia y afirmaban que las muestras del pelo podían atribuirse inequívocamente a una única persona "a exclusión de las demás".
La revisión a escala nacional empezó el julio pasado después de que 'The Washington Post' filtrara que el Departamento de Justicia de EE.UU. estaba al corriente de estas malas prácticas, pero que incluso en casos claramente cuestionables se abstuvo de advertir a los acusados y a sus abogados. Los expertos tienen como objetivo revisar un total de 21.700 archivos de los laboratorios del FBI. Según publica el diario este 18 de julio, las 27 penas de muerte dudosas figuran entre las primeras 120 condenas identificadas como potencialmente problemáticas.
Por el momento no se sabe en cuántos casos en total hubo condenas arbitrarias o cuántos errores podrían revocar sentencias válidas. Se espera que los primeros resultados oficiales al respecto se den a conocer a finales de agosto. Sin embargo, los analistas predicen que esta situación puede reabrir en la sociedad estadounidense el debate sobre la pena de muerte.