Los fusiles estadounidenses M16, dotados de mira láser, las carabinas M4 con visor holográfico y los lanzagranadas M203 son solo algunas de los armas que se ven tanto en las manos de los militantes de Hezbolá que apoyan el Ejército de Bashar al Assad como en las de los rebeldes sirios del Frente Al Nusra, un grupo vinculado a Al Qaeda y calificado como terrorista por Washington.
"Si hay demanda, hay oferta. Si quieres adquirir, por ejemplo, un lanzagranadas M-203 y una carabina M-4, puedes conseguirlos si conoces a la gente adecuada y tienes el dinero suficiente", comenta el analista Philip Smyth.
A pesar de que el conflicto sirio se nutre ya de armamento de fabricación estadounidense, se oyen numerosas voces a favor de enviar más cantidades y suministrarlo directamente a los rebeldes. Uno de los defensores de la medida es el senador John McCain: "Podemos darles las armas pesadas que necesitan. Yo los conozco, los he visto, ellos están allí". Sin embargo, cabe recordar que algunos de los rebeldes con los que el senador se reunió en Siria eran secuestradores y su oficina se vio obligada a emitir un comunicado afirmando que McCain no lo sabía cuando accedió a hacerse unas fotos con los opositores al líder sirio.
Al mismo tiempo, en Washington hay también círculos políticos que se oponen a la entrega de más armas a Siria. Un grupo de congresistas ha presentado el proyecto de una ley destinado a bloquear la ayuda militar a los rebeldes.
"Hay una gran ironía en apoyar a los rebeldes sirios. Una autorización de las tropas norteamericanas del 2001 dice que podemos perseguir a los talibanes, a Al Qaeda y a las fuerzas asociadas a estos grupos, pero cuando apoyamos al Ejército Libre [Sirio] nos convertimos precisamente en esas fuerzas asociadas, ya que vamos a estar luchando junto con Al Qaeda contra Al Assad", comenta el senador Rand Paul.
Algunos exfuncionarios de la administración estadounidense también tienen la misma opinión. "Para nosotros es importante saber que podemos influir y saber cuál será el desenlace. Pensé y sigo pensando que lo de Libia fue un error y también creo que lo que pasa ahora en Siria es un error. Hemos sobreestimado nuestra posibilidad de determinar los resultados", según Robert Gates, exsecretario de Defensa de EE.UU.