La creación de una nueva comisión cumple con los propósitos anteriormente mencionados por el sumo pontífice dirigidos a superar la crisis, incluyendo la económica, que en los últimos años ha experimentado la Santa Sede.
Los miembros de la Comisión tendrán que presentar los informes sobre su trabajo directamente al papa y además asesorarle en temas económicos. El objetivo de la nueva estructura es lograr "la transparencia en los procesos de adquisición de bienes y servicios y perfeccionar la administración del patrimonio mobiliario e inmobiliario".
La comisión está compuesta de ocho personas, solo dos de los cuales son clérigos. Tendrán que preparar reformas en las instituciones de la Santa Sede, además de "simplificar y racionalizar los organismos existentes y llevar adelante una programación más cuidadosa de las actividades económicas de todas las administraciones vaticanas".
La semana pasada el Vaticano informó sobre la difusión de un decreto emanado directamente del pontífice por iniciativa propia para luchar contra la pederastia en el territorio del Vaticano y modernizar su legislación.