Algunos analistas señalan que, después de que el Partido Liberal Demócrata, la formación gobernante encabezada por el primer ministro, Shinzo Abe, en alianza con la formación Nuevo Komeito, ganara la mayoría absoluta en la Cámara alta del Parlamento, hay que esperar una posición más firme de Japón en lo que respecta a las disputas territoriales con sus vecinos, así como un fortalecimiento del componente militar en la política exterior del país.
Según indica el director del Consejo de Investigación de Seguridad Nacional de Japón, Shigeki Hakamada, algunas naciones vecinas consideran que Abe "sueña con revivir el espíritu del Japón imperial, pero en realidad su Gobierno busca mantener la influencia de Tokio en la región teniendo en cuenta el creciente poder de Pekín".
Por primera vez en 11 años, Tokio tiene previsto aumentar sus gastos para la defensa: el presupuesto para el año fiscal 2014, que comenzará el próximo 1 de abril, crecerá un 0,7%, con lo que alcanzará 46.000 millones de dólares.
En vista de las actuales tensiones territoriales con las dos Coreas, Rusia y, sobre todo, con China, alrededor del 50% de la población del país apoya la revisión del artículo 9 de la Constitución de 1947, que prohíbe la creación de un Ejército propio japonés.
"Buscamos revisar el artículo no porque estemos obsesionados con el espíritu militarista, sino debido a que el artículo ya no se corresponde con la realidad. De hecho, Japón cuenta ya con un Ejército: nuestras tropas participan en operaciones de mantenimiento de la paz en muchas zonas conflictivas del mundo, y barcos japoneses patrullan el golfo de Adén en el marco de la campaña internacional contra los piratas somalíes", explica Hakamada.
Por lo tanto, el analista nipón se pregunta por qué esas fuerzas no pueden convertirse oficialmente en el Ejército y obtener todas las competencias correspondientes, en particular el derecho de realizar ataques contra bases enemigas en caso de que estas representen una amenaza para el Estado.
Sin embargo, de momento la principal tarea del Gobierno de Abe es desarrollar la economía y, según opina Valeri Kistánov, director del Centro de Estudios Japoneses de la Academia de Ciencias de Rusia, solo mejorando la situación económica con la ayuda de reformas la idea de fortalecer la defensa del país es realista.