"La decisión de Netanyahu, quien está presionando a los miembros de la UE para que consideren al ala militar de Hezbolá como una organización terrorista, es primordialmente política", cree Loewenstein, quien se especializa en Oriente Medio.
En su opinión son los militares de Israel, y no Hezbolá, quienes deberían ser considerados como un "equipo de terroristas peligrosos" por matar a niños palestinos durante la guerra de 2008-2009.
La decisión de la UE de considerar a Hezbolá como una organización terrorista fue adoptada por los ministros de Exteriores el 21 de julio. Según apuntó el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Guido Westerwelle, el ataque contra turistas israelíes en Bulgaria, adjudicado a Hezbolá el año pasado, sería motivo suficiente para incluir a la rama militar del movimiento libanés en dicha lista.
La medida había sido reclamada en numerosas ocasiones por Israel y EE.UU.
La última decisión de la UE constituye un paso más hacia la intervención militar en Siria, ya que refuerza los argumentos de la coalición anti-Assad, opina el analista del Instituto de Oriente Próximo de Rusia, Serguéi Seréguichev. Resulta que a partir de ahora "Damasco está colaborando con una organización terrorista, a la que le permite estar en su territorio y, de este modo, viola normas humanitarias internacionales", puntualiza Seréguichev. Hezbolá no solo apoya al presidente sirio en la arena política internacional, sino que sus militantes combaten en las filas de las tropas gubernamentales sirias.