Los congresistas rechazaron por 217 votos en contra y 205 a favor la moción del cierre de esas polémicas prácticas de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA).
El autor del proyecto, el republicano Justin Amash, cuestionó el programa como una "recolección indiscriminada de las grabaciones telefónicas". Su iniciativa, una vez apoyada por ambas cámaras del Congreso, pondría fin a las autorizaciones reglamentarias de las escuchas.
La Casa Blanca y los expertos invitados en materia de seguridad nacional objetaron de plano el documento votado, aunque el presidente Barack Obama, citado por su portavoz oficial, "aceptó el debate sobre una mejor manera de respetar tanto la seguridad nacional como la privacidad de los ciudadanos".
La escala de los registros de teléfono, que formaba parte de un programa de seguimiento de la NSA, salió a la luz debido a las filtraciones de algunos materiales clasificados realizadas por el exagente Edward Snowden. Además de una dura disputa en la Cámara de Representantes, previa a la votación, esas revelaciones han desatado una ola de pleitos judiciales contra el Gobierno estadounidense.
Los casos se están investigando, e incluso si los demandantes no los ganan, tendrán una influencia positiva, opinan los expertos. Al menos el Gobierno tiene que responder ante los tribunales, sostienen.