El 47% de los encuestados cree que el Gobierno ha ido demasiado lejos limitando las libertades civiles para prevenir el terrorismo, mientras el 35% cree que las políticas antiterroristas del Gobierno no han hecho lo suficiente para proteger al país.
Según Pew, es la primera vez que la mayoría de los participantes del sondeo ha demostrado más preocupación por la vigilancia que por el terrorismo desde que la empresa les preguntó sobre ello la primera vez en 2004.
El 56% de los encuestados cree que las cortes federales no aseguran los limites adecuados a la recogida de datos de las llamadas telefónicas y de internet por el Gobierno. Además, un 70% de los estadounidenses cree que el Gobierno usa los datos recolectados para fines que no son la investigación del terrorismo, y un 63% está seguro de que el Gobierno no solo reúne los metadatos, sino también el contenido de las comunicaciones.
Una brecha mínima
Las opiniones del público están reflejadas en el Congreso, señala el periódico 'The New York Times'.La semana pasada la cámara baja no aprobó por un mínimo margen la propuesta del republicano Justin Amash de parar el financiamiento del programa de recolección de datos sobre las llamadas telefónicas de los estadounidenses, recuerda el periódico.
Sin embargo, los legisladores demuestran su creciente deseo de restringir la vigilancia de la Agencia de Seguridad, señala el periódico: Jim Sensenbrenner, el congresista republicano que introdujo la Ley Patriota (USA Patriot Act) en 2001 que permite al Gobierno vigilar contra el terrorismo, dijo que cuando el Congreso regrese de las vacaciones de agosto él va a tener un proyecto de ley que restrinja la vigilancia telefónica solo a los sospechosos oficialmente de terrorismo. "Hay una sensación creciente de que las cosas se han salido fuera de lo normal", cita NYT a otra legisladora, la demócrata Zoe Lofgren.
La oposición a la vigilancia de la NSA "ha creado un impulso que hasta los críticos creen que puede ser imparable, ganando el apoyo de los líderes republicanos y demócratas, y atrayendo a gente con puntos de vista moderados de ambos partidos", sostiene NYT.