La masa repugnante, creada por los mismos vecinos de la zona, que arrojaban los desechos a sus retretes, redujo al 5% la capacidad normal de los flujos de aguas residuales a través de las tuberías.
El bloqueo había llegado a un punto tan crítico que amenazaba con expulsar las aguas residuales a través de las alcantarillas en las calles de uno de los distritos con más vegetación de la ciudad.
Los ingenieros de la compañía de tratamiento de residuos Thames Water, que hallaron el bloqueo colosal de grasa congelada y se encargaron de retirarlo, comentaron que nunca habían visto nada parecido.
"Dado que tenemos las mayores alcantarillas, este 'iceberg' de grasa debe ser el más grande en la historia británica", explica el portavoz de Thames Water, Gordon Hailwood.
Los trabajadores de la compañía de tratamiento de residuos utilizaron un chorro de agua a alta presión para reventar el enorme tapón. Los trabajos de limpieza duraron más de 10 noches.
Para que la situación no se repita en el futuro, Hailwood aconsejó a todos los ciudadanos cambiar sus costumbres y arrojar el aceite de cocina y los productos sanitarios usados en los cubos de basura en lugar de en los inodoros.