La firma creada por Steve Jobs no solo logró inundar el mercado con productos altamente sofisticados que no necesitan instrucciones de uso, sino que también consiguió algo inédito: que sea el cliente el que se adapte al producto, y no al revés, como tradicionalmente ocurría.
Sin embargo, poco a poco se comienzan a hacerse públicas informaciones que hacen que Apple vaya dejando de considerarse una marca 'cool': en primer lugar, las condiciones de vida de los mal pagados obreros chinos que fabrican los costosos aparatos de la firma de la manzana ya son conocidas por casi todo el mundo.
Pero eso no se tradujo en una disminución de las ventas.
Sin embargo, las revelaciones de Edward Snowden han provocado que muchos consumidores estadounidenses se vuelvan más conscientes de su privacidad, de la información que almacenan en sus distintos dispositivos y de la posibilidad que tiene el Gobierno de acceder a esos datos. Aquí es donde Apple queda al debe, y bastante.
Tomemos, por ejemplo, el iPhone. En este caso Apple logró diseñar un teléfono muy útil que a pesar de su elevado precio todo el mundo quiere tener y usar. Pero desafiar al Gobierno utilizando alguna de sus funciones es cada vez más difícil. Para asegurase de que eso sea así, un iPhone dispone de sistemas que permiten a la Policía obtener un minucioso registro de la actividad del usuario e incluso apagar el aparato de forma remota.
Apple también impide que se instalen al móvil aplicaciones que permitan a los usuarios resguardarse de la vigilancia ejercida por su propio Gobierno.
Además, sus ingenieros han patentado una peculiar pieza en el teléfono que permite a los Gobiernos y la Policía bloquear la transmisión de datos como fotos y video desde lugares considerados 'sensibles' o 'protegidos'.
Para la compañía, esa es una manera de proteger los derechos de autor en conciertos y cines. Además, según asegura la firma, transmitir datos de forma inalámbrica a una fuente remota puede suponer una amenaza a la seguridad en muchos casos.
Lo cierto es que la Policía puede ocupar casi discrecionalmente esta función. Por ejemplo, en manifestaciones y protestas, impidiendo que se publique material en tiempo real. Sobre todo cuando este material tiene que ver con abusos por parte de la propia Policía.
Esta función se activa por wifi o GPS; es una especie de escudo que protege un área o edificio determinado.
La aplicación Drones+ también ha sido bloqueada. Esta lleva una completa estadística de la acción del programa de aviones no tripulados de la Casa Blanca. Sin la posibilidad de utilizar esta función, los usuarios están menos informados sobre el polémico programa de 'drones' y sobre los 'daños colaterales' que provoca en vidas inocentes.
Los desarrolladores de esta aplicación han solicitado reiteradamente a Apple que la ofrezca en su tienda virtual. Pero, según la empresa, Drones+ contiene información que para muchos usuarios es ofensiva.
Sin embargo, aplicaciones que permiten modificar imágenes agregando bigotes o simulando una calvicie siguen en el Apple Store. Para los críticos, está claro que lo que importa es mantener a los usuarios entretenidos haciendo dibujos en las fotos, en lugar de darles acceso a una información que les haría cuestionar un programa de defensa millonario como el de los 'drones'.