El edificio residencial más alto de la Unión Europea, bautizado InTempo, tenía que servir para indicar al resto del mundo que la ciudad española pudo sortear la crisis financiera. En la página web oficial los creadores del proyecto lo describen con los adjetivos más ostentosos, asegurando que "su majestuosidad levantará admiración. Su singular diseño marcará una época y se convertirá probablemente en el símbolo de una filosofía arquitectónica". Sin embargo, el proceso de construcción ha estado plagado de problemas.
Uno de ellos, que llevó el proyecto al traste, fue la codicia que lo rodeó en todo momento. Inicialmente las torres de InTempo fueron diseñadas para ser tan sólo de 20 pisos de altura, pero en busca de mayores beneficios los desarrolladores del complejo decidieron acercarlo más al cielo de la ciudad turística.
El rascacielos es descrito en su página web del siguiente modo grandilocuente: "Una atalaya formidable, altanera y visible, que sólo podría ser eclipsada por la majestuosa vista que ofrece desde su techo. No podía ser menos. 200 metros de altura". En la actualidad el rascacielos cuenta con 47 plantas y 269 viviendas.
Sin embargo, este aumento tan significativo de los alojamientos tuvo su costo. El diseño original tenía las especificaciones para incluir un ascensor suficientemente grande para un edificio de 20 plantas. En el proceso de ampliación del tamaño de la construcción nadie pensó en rediseñar el sistema de ascensores, ya que por supuesto, un edificio de 47 pisos, requiere más espacio para los elevadores y equipos de motor más potentes. Lamentablemente, ese espacio no existía.
En el pasado mes de mayo, tal como era de esperar, los arquitectos directores del proyecto (el despacho de Pérez Guerra y Olcina y Radúan Arquitectos) dimitieron, y aún no está claro cómo van a resolver el problema los promotores.
El otro fracaso del edificio InTempo está relacionado con su financiación. Inicialmente las torres fueron financiadas por Caixa Galicia, pero luego, justo en el momento en el que el nivel de la demanda hipotecaria cayó masivamente, de las finanzas de la obra se encargó la Sociedad de Gestión de Activos de la Reestructuración Bancaria (Sareb), conocida también como el 'banco malo' de España, algo que llevó al proyecto a adquirir unas deudas aún mayores.
Hoy en dia InTempo tiene un 94% de su construcción completada y un 35% de los apartamentos vendidos. La fecha de finalización de los trabajos está prevista para diciembre de 2013. No obstante, el proyecto ya está enterrado en denuncias de estafa, embargos y reclamaciones de clientes y proveedores.