10 muertos en ataque en hospital pakistaní
Una explosión en la unidad de emergencias del Hospital Civil en la ciudad de Quetta, centro administrativo de la provincia occidental pakistaní de Baluchistán, mató a diez personas y causó heridas a 35 más.
La policía local aún no ha conseguido determinar la naturaleza del ataque, aunque hay versiones que indican que podría haber sido perpetrado por un suicida, el que también habría realizado algunos disparos antes de accionar el aparato explosivo.
Alrededor de la sala de emergencias y dentro de ésta se había reunido un grupo de musulmanes chiíes que querían rendir homenaje al director de un banco, asesinado horas antes por unos desconocidos. Al parecer, este grupo fue el objetivo del atentado.
El ataque actual se suma a una serie de violentas agresiones en las cuales dolientes chiíes son asesinados en masa delante de los hospitales del país. La aparente absurdidad del acto revela una táctica bien pensada, puesto que el luto familiar acerca de una muerte facilita predecir dónde y cuándo se reunirá el mayor número de potenciales nuevas víctimas.
Tal táctica no es poco común luego de algunos antecedentes inmediatos en otros países, por ejemplo, estallidos ante una catedral y en la residencia de un juez en Filipinas del 13 de abril, que revelan la ausencia completa de valores sagrados para los fanáticos religiosos.
De todos modos, el ataque ha sido un nuevo producto de cierta intolerancia entre las dos principales confesiones dentro del islam y, al mismo tiempo, del nacionalismo local de Baluchistán. En la provincia hace décadas operan varios grupos armados que luchan por su independencia del estado multiétnico pakistaní. Con frecuencia sus militantes atacan a las fuerzas de seguridad o cometen asesinatos selectivos de vecinos pertenecientes a otras etnias distintas de la baluchi.
Se sabe que en varias semanas cientos de activistas políticos baluchis han desaparecido en la provincia, supuestamente por acciones de los servicios secretos y otras agencias de seguridad de Pakistán.La venganza personal o nacionalista pudo servir de pretexto para el atentado.