El Ejército egipcio, además de sus funciones militares, sería la incubadora por excelencia de los dirigentes nacionales. Y es que tradicionalmente, los presidentes del país han surgido de sus filas… todos, menos el destituido Mohamed Morsi, quien permaneció en el poder durante tan solo un año.
Cuando Egipto se enteró de que el mandatario islamista fue derrocado, la gente que estaba en la plaza Tahrir comenzó a entonar un cántico que decía "El ejército y el pueblo están unidos". No obstante, pocos días después de la investidura del nuevo presidente interino, los choques entre los partidarios de Mohamed Morsi y los militares dejaron más de 50 muertos. Entonces se expandió un temor generalizado de que las Fuerzas Armadas pudieran tomar el poder y dirigir al país con mano dura.
"¿Por qué los militares están dibujando en el cielo corazones e interfiriendo en política, pero no ayudan a los civiles en tierra? Ahí es donde se ve la masacre por parte de la Guardia Presidencial. Incluso si hubieran sido los Hermanos Musulmanes quienes empezaron esto, igual se trata de una violación a los derechos humanos masiva y severa. Porque, si vas a disparar a la gente que intenta entrar a un edificio de importancia, no debes disparar a matar", dijo la activista Sally Thoma.
Las organizaciones no gubernamentales de Egipto advierten que las Fuerzas Armadas del país tienen un lamentable historial en lo que se refiere a la vulneración de los derechos humanos durante su último periodo de gobierno.
"Ellos participaron en protestas asesinas, no existió contabilidad para los crímenes militares. Torturaron a manifestantes, los arrestaron, además trataron de restringir la libertad de expresión, y la mayoría de ellos monopolizaron las decisiones para tener más poder", opina Heba Morayef, directora de la organización Human Rights Watch en El Cairo.
Por su lado, los uniformados aseguran que su injerencia fue inevitable para garantizar la estabilidad en el país y asegurar un futuro democrático para los egipcios. "Las fuerzas egipcias han hecho más de un pronunciamiento diciendo que nosotros queremos una verdadera democracia en el país", según el portavoz de las Fuerzas Armadas de Egipto, el coronel Ahmed Alí.
"El nuevo presidente no tiene la experiencia suficiente en la situación política en Egipto, por esta razón las Fuerzas Armadas únicamente se dedican a ayudarlo en este sentido. Los militares también están resguardando las calles del terrorismo de los Hermanos Musulmanes, y han ofrecido su visión para el futuro político de Egipto", dice el exgeneral, Mohmoud Zaher.
Aparte de su acción militar y su injerencia en la política, las Fuerzas Armadas de Egipto también ejercen un importante rol en la economía del país. Y es que actualmente es propietario de varios monopolios comerciales y fábricas. Así, como la única institución en función y sin una alternativa civil a los Hermanos Musulmanes, los egipcios no descartan que el Ejército vuelva a llevar las riendas del país.