Cinco ex dirigentes de la empresa de seguridad privada Blackwater fueron acusados por un jurado federal de Estados Unidos de posesión ilegal de armas e intento de obstrucción a la justicia. La investigación del caso comenzó después de que en el año 2008 se confiscaran 22 armas de fuego, incluyendo 17 fusiles, en la sede de la empresa. Cada uno de los cinco ex dirigentes acusados podrían cumplir una pena de hasta 20 años de prisión.
Las autoridades estadounidense dirigieron su mirada hacia la compañía en el año 2007, cuando los empleados de la empresa mataron en Iraq a 17 civiles. Luego se conoció que ese incidente no había sido el único: Blackwater estuvo involucrada en una serie de escándalos en Iraq y Afganistán, donde realizó misiones para el Gobierno estadounidense.
Un tiempo después, la compalía cambió su nombre por el de Xe Services y participó en las operaciones de la CIA en Iraq y Afganistán. Sin embargo, la CIA puso fin a su contrato con la compañía posteriormente.