Cospedal, que ha declarado como testigo durante dos horas y media, ha negado también haber intervenido en las condiciones de salida del PP del extesorero Luis Bárcenas y sobre las donaciones ha dicho también que le extrañaría que hubiera un registro de los DNI de los donantes, aunque ha matizado que ese control de las donaciones lo haría la Tesorería. Además, declaró que no participó en la reunión en la que acordaron el finiquito a Bárcenas. Lo acordaron Rajoy, Arenas y Bárcenas, aseguró.
El extesorero desveló el pasado julio ante el tribunal que entregó a Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal dos pagos de la caja B por un total de 90.000 euros. Hasta el momento Cospedal siempre había negado rotundamente que hubiera cobrado dinero en sobres y rechazó todas las acusaciones de implicación en la actividad corrupta del partido. En este sentido señaló firmemente que demostrará que no tiene nada que ver con el caso y dirá "la verdad" ante la justicia.
Entre tanto, en las inmediaciones de la Audiencia Nacional varios grupos de españoles 'indignados' preparan concentraciones para dar la bienvenida a la secretaria general del PP. A la llegada de la política decenas de personas divididas en dos grupos, partidarios y detractores, se han enfrentando verbalmente. Los anti-Cospedal corean consignas que exigen la dimisión del Gobierno corrupto.
Este martes, el exgerente que sustituyó en la gestión del Partido Popular a Luis Bárcenas, Cristóbal Páez, admitió ante el juez que cobró dinero de la caja negra de Bárcenas por un total de 12.000 euros. Las declaraciones de Páez confirman las últimas revelaciones de Bárcenas.
Además, los exsecretarios generales del PP Javier Arenas y Francisco Álvarez-Cascos, que también declararon ayer, negaron conocer la existencia de una doble contabilidad y alegaron que no controlaban las donaciones.
El llamado 'caso Bárcenas' estalló tras la publicación en la prensa de una supuesta contabilidad paralela en la cúpula del partido gobernante, el Partido Popular, según la cual sus miembros recibían grandes cantidades de dinero de donaciones de empresas que cobraban en forma de sobresueldos. Al igual que Cospedal, Rajoy negó repetidamente haber cobrado sobresueldos y tampoco reconoce la existencia de una contabilidad B en el partido, una negativa que según algunos analistas denota incapacidad política y repercute en las calles españolas.