Los primeros en perder sus posiciones fueron los radicales de Libia, que en abril de 2012 no supieron mantener el poder en las manos del Gobierno de Abdel Rahim Al Kib, y lo pasaron a Ali Zidan y Mahmoud Jibril. La causa oficial de la insatisfacción del Consejo de Transición de Libia por el Gobierno de Al Kib fue la incapacidad de este para garantizar la seguridad y un mal control de las tropas armadas. "De momento los islamistas tienen representación en el Parlamento, pero sus posibilidades de llegar al poder son muy pequeñas", dice el experto.
En Túnez los militares siguen manteniendo la lealtad al Gobierno islamista de Hizb Al-Nahda, pero su posición es muy inestable. El 17 de diciembre de este año el país celebrará elecciones presidenciales y parlamentarias. Según el periodista ruso Georgui Erman, hay una enorme posibilidad de que los islamistas fracasen en estas elecciones. "Cada vez ganan más apoyo popular los partidos de la oposición laica. A pesar de algunas contradicciones ideológicas, ellos están preparados para unir sus fuerzas para derrocar al Gobierno islamista", afirma el experto.
"Ha llegado la hora en que en vez de luchar políticamente, hay que realizar alianzas abiertas con la participación de todas las fuerzas políticas, salvo la coalición gubernamental responsable de la situación en el país. Este Gobierno no sirve ni para los intereses del pueblo, ni tampoco para los objetivos de la revolución", declaró en una entrevista al periódico argelino 'El Watan' el líder del Frente Popular, Hamma Al Hammami.
A los Hermanos Musulmanes egipcios en esta situación no les espera nada bueno, porque han ganado demasiados enemigos últimamente
En lo que se refiere a Siria, allí las protestas populares han llevado a una guerra civil a gran escala. Según el analista Anatoli El Murid, "tanto Egipto como Túnez y Libia han logrado empezar a oponerse a los islamistas en parte porque Catar iba dejando poco a poco sus posiciones como el principal mecenas de estos grupos".
El experto precisa que Catar tiene graves problemas financieros, por eso deja de apoyar a los islamistas. Ellos, a su vez, se ven obligados a encontrar salida con sus propias fuerzas. "Por ejemplo, Hamás ya está regresando como 'hijo pródigo' a Irán. A los Hermanos Musulmanes egipcios en esta situación tampoco les espera nada bueno, porque han ganado demasiados enemigos últimamente".