Durante el año pasado, más de 2.000 aviones militares de EE.UU. sobrevolaron el espacio aéreo egipcio, apoyando las misiones en Afganistán y en todo Oriente Medio, de acuerdo con el Comando Central de EE.UU. responsable de esa región, según reporta 'USA Today'.
Unos 35 a 45 buques de guerra de la Quinta Flota de Estados Unidos pasan por el Canal de Suez cada año, incluyendo los grupos de portaaviones de ataque, de acuerdo con la flota con base en Baréin. Egipto permite a los buques de guerra de Estados Unidos pasar de manera expedita, lo que a menudo significa llegar a la cabeza de una muy larga fila de barcos que esperan para pasar por el canal.
La reacción más notoria de EE.UU. frente a la convulsionada situación en Egipto fue suspender las maniobras militares conjuntas, aunque no revisó la ayuda anual de 1.500 millones de dólares (de los cuales 1.300 son ayuda militar), lo cual evidencia la difícil posición en la que ha puesto a la Administración Obama la brutal represión ejercida por el Gobierno interino contra los manifestantes islamistas.
"La respuesta del presidente fue muy dura en términos dialécticos, pero blanda en cuanto a acciones", señala Robin Wright, analista de Seguridad y Defensa del Woodrow Wilson Center.
Las tácticas confusas de EE.UU.
La decisión de mantener la ayuda militar es considerada en muchos sectores como una señal confusa que resta credibilidad a Washington y mina su ya débil influencia en ese país. "El hecho de no haber suspendido esos fondos es un error estratégico", denunció en un comunicado el Working Group on Egypt, un grupo independiente de expertos en Oriente Próximo, informó El País.
La Casa Blanca maneja otro criterio. "Eliminar esa ayuda no entra dentro de los intereses de EE.UU.", señaló el portavoz de la Presidencia, Jay Carney, a principios de agosto. Aunque la cooperación con Egipto se remonta a 1946, los intereses a los que aludía Carney se forjaron en 1979 con la firma del tratado de paz entre Egipto e Israel. "La observancia de ese acuerdo se ha convertido en una pieza clave para todas las administraciones estadounidenses", señala Nathan Brown, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad George Washington.