Esos materiales bien podían haber sido desclasificados de forma segura hace muchos años sin riesgo de perjudicar la seguridad nacional
Los 21 materiales de la CIA publicados incluyen archivos de trabajo de Kermit Roosevelt, el oficial de la CIA de alto rango que se encontraba en el terreno durante el golpe de Estado y que aportan nuevos detalles sobre las acciones de la agencia de Inteligencia antes y después de la operación, así como algunos mapas sobre el desplazamiento de bandas de "rufianes" a sueldo de los organizadores del golpe para llevar a cabo manifestaciones en varios sectores de Teherán.
En el pasado agentes de la CIA dijeron que la mayoría de los documentos relacionados con el golpe de 1953 habían desaparecido o fueron destruidos en la década de 1960, pero los investigadores del Archivo lograron acceder a documentos recientemente desclasificados por la CIA, entre los que se incluyen varios escritos de propaganda preparados por la agencia de espionaje para intentar difundir una mala imagen de Mossadeq.
Según el Archivo, uno de los documentos titulado "Servicio de espías de Mossadeq" acusaba al primer ministro iraní de "pretender ser el salvador de Irán" y subrayaba que, en vez de hacerlo, lo que hizo fue poner en marcha un vasto aparato de espionaje contra prácticamente todos los sectores de la sociedad, incluyendo el Ejército, los periódicos y los líderes políticos y religiosos.
El Archivo celebra la decisión de la CIA de desclasificar los documentos, aunque argumenta que "esos materiales bien podían haber sido desclasificados de forma segura hace muchos años sin riesgo de perjudicar la seguridad nacional".
A tenor de los investigadores, el golpe de 1953 sigue siendo un tema de interés mundial, ya que -sostienen-, pese a la desclasificación de los documentos, aún quedan muchas preguntas por aclarar: quién tramó el complot, quién lo llevó a cabo, quién lo apoyó en Irán y cómo llegó a tener éxito. Los partidarios políticos de todas las partes discuten sobre si los poderes iraníes o extranjeros son los principales responsables del cambio de trayectoria histórica del país, si se puede confiar en que Estados Unidos vaya a respetar la soberanía de Irán o si Washington tiene que pedir disculpas por aquella injerencia como paso previo a la mejora de las relaciones, concluye el Archivo.