La primera etapa de pruebas aerodinámicas del modelo MRKS-1 ha finalizado con buenos resultados, según los especialistas del centro nacional de diseño y construcción de aparatos espaciales Jrunichev, responsables del proyecto.
Aunque por su forma el MRKS-1 guarda similitudes con el Space Shuttle o Burán, el concepto es totalmente distinto. En la primera generación de transbordadores reutilizables el elemento multiuso era la nave, es decir, la parte del sistema que iba al espacio. Sin embargo, este método no consiguió bajar el precio de los lanzamientos. Al final, para llevar personas y cargas al espacio se ha vuelto a los cohetes portadores desechables como el ruso Protón-M.
En cambio, en el nuevo proyecto ruso lo que se empleará varias veces será el aparato acelerador de la primera etapa del lanzamiento. Al dar un impulso suficiente para que la nave con la carga a bordo salga a la órbita terrestre, el aparato no caerá destruido sobre la tierra, sino que aterrizará en el aeródromo automáticamente.
Se espera que la capacidad de carga útil del sistema MRKS-1 sea de 25-35 toneladas y pueda transportar tanto aparatos pilotados como automáticos.
La segunda etapa de pruebas aerodinámicas del acelerador reutilizable está prevista para septiembre-octubre de 2013.
Aunque MRKS-1 podría ser un gran paso adelante para los viajes espaciales, el objetivo final de los ingenieros rusos es crear un sistema aerocósmico eficiente, es decir, diseñar un transbordador que llegue al espacio despegando y aterrizando en una pista semejante a la que usan los aviones convencionales.