Miembros de la Unión de las mujeres de Rusia lanzan la propuesta de erigir en Moscú un monumento dedicado a reconocer y homenajear el papel de la Mujer en la guerra.
La iniciativa se planteó en una reunión celebrada con motivo del 65 aniversario de la Victoria sobre el fascismo y el 65 aniversario de la fundación de la Federación Democrática Internacional de Mujeres (Fédération Démocratique Internationale des Femmes, FIDF), fundada en diciembre de 1945 en París.
Las participantes de la reunión recordaron el generoso trabajo llevado a cabo por las enfermeras durante la Guerra de Crimea, los éxitos de la primera mujer- soldado de caballería, Nadezhda Dúrova, y los de la guerrillera Vaselisa Kózhina y las hazañas de las mujeres rusas durante la Gran Guerra Patria.
Nadezhda Dúrova, fue una mujer que se disfrazó de soldado y participó en muchas batallas, entre ellas en la guerra contra el Ejército de Napoleón.
Su relación amorosa con un cosaco provocó la indignación de sus familiares. A causa de la incomprensión por parte de su familia, decidió realizar su sueño: se disfrazó de hombre y se fue en secreto al frente con el pelotón de su amante en 1806. Participó en las batallas de Heilsberg y de Friedland, entre otras, donde demostró una gran valentía. Supo guardar en secreto que era una mujer durante un largo periodo, pero un día una carta escrita a sus familiares le desenmascaró. El propio emperador Alexander I, asombrado por las ansias de la mujer por luchar por su patria, permitió a Nadezhda Dúrova quedarse en el Ejército y allí estuvo bajo su protección.
Durante la Guerra Patriótica de 1812 contra Napoleón partició en las batallas de Smolensk y de Borodinó entre otras. Sólo en 1816, cediendo a los ruegos de su padre, Nadezhda Dúrova se retiró habiendo logrado el rango de capitana ayudante.
La heroína de la Guerra Patriótica de 1812 Vasilisa Kózhina. Vio como los soldados franceses acuchillaban a su marido y juró vengarle. Con una gran inteligencia y un carácter decidido, supo organizar una guerrilla de mujeres y adolescentes. Armados con hachas y horcas atacaban a los pelotones franceses, tomaban prisioneros y los entregaban al ejército ruso. La propia Vasilisa Kózhina encabezaba a los guerrilleros y decidía qué hacer con los prisioneros. Una de sus historias más conocidas relata que mató de un hachazo a un oficial francés que se negó a obedecer sus órdenes. Todo el pueblo ruso oyó hablar de las hazañas de Kózhina. El emperador ruso Alexander I la condecoró con una medalla y le entregó un premio.
Entre las heroínas de la Gran Guerra Patria destacan nombres como el de la valiente aviadora Marina Raskova o la guerrillera de fama mundial Zoia Kosmodemiánskaya y muchas otras. Pero no pueden quedar sin reconocimiento las hazañas de todas las mujeres obreras, enfermeras, guerrillas, soldados, francotiradoras cuyos nombres quedaron en el anonimato.
El Mariscal de la Unión Soviética Georgi Zhúkov dijo una vez: "Nuestras mujeres con sus hazañas heróicas durante la Guerra contra la Alemania fascista, han merecido un monumento igual en importancia al Monumento al Soldado Desconocido al lado de los muros del Kremlin".