La Autoridad de Regulación Nuclear de Japón (NRA) ha decidido calificar la fuga como un "incidente grave" en la escala INES.
Anteriormente la fuga había sido considerada como una "anomalía", primer nivel. La decisión fue tomada en una reunión de la NRA.
"A juzgar por la cantidad y la densidad de la radiación en el agua contaminada que se filtró... una evaluación del tercer nivel es apropiada", explicaron los representantes de la NRA a la agencia Reuters.
Se trata de la primera vez cuando Japón aumenta el nivel INES desde la catástrofe en marzo del 2011, que ocurrió después de un terremoto y tsunami. En ese entonces Fukushima obtuvo la máxima calificación de siete, pero posteriormente el índice bajó hasta el primer nivel.
Tanto la catástrofe de marzo del 2011 en Fukushima como el accidente en Chernóbyl, ambos fueron calificados como séptimo nivel.
La fuga de agua tóxica fue registrada el pasado lunes en una cisterna subterránea que todavía contiene 700 toneladas de líquido. Los empleados de la operadora TEPCO han empezado a vaciar la cisterna, pero el problema es que no se sabe concretamente dónde se esconden 300 toneladas de agua radioactiva fugada. No se excluye que ya estén en el océano Pacifico o en las aguas subterráneas. La fuga comenzó hace un mes. El nivel de su toxicidad es extremadamente alto: 80 millones de bequerelios por litro, cuando la norma es de 150 bequerelios.
Los índices de tritio en el agua de la bahía cerca de la planta nuclear ya son los más altos en la historia de las mediciones, ascienden a 4.700 bequerelios de tritio por litro.