El periodista recuerda una ley rusa que prohíbe usar las imágenes de niños en los anuncios televisivos de mercancías no infantiles, dado que el aspecto influye extremadamente en las decisiones de los consumidores.
Los insurgentes saben bien este efecto, por lo que ni un solo caso de masacres prescinde de los niños. Tras aplicar este método mercadológico por primera vez en Hula y determinar que funcionó a la perfección, los rebeldes lo incluyeron en todos sus manuales. El último episodio no es una excepción
"Los insurgentes saben bien este efecto, por lo que ni un solo caso de masacres prescinde de los niños. Tras aplicar este método mercadológico por primera vez en Hula y determinar que funcionó a la perfección, los rebeldes lo incluyeron en todos sus manuales. El último episodio no es una excepción", aseveró.
El experto mencionó que hace varias semanas los insurgentes secuestraron a mujeres y niños kurdos en el norte de Siria.
El Miurid dijo que para que la comunidad internacional "por fin escuche los gemidos del pueblo sirio y lance bombardeos humanitarios" contra el Gobierno, los rebeldes están dispuestos a seguir envenenando a niños a escala industrial.
El público en general está cada vez más enojado con el crimen, que tanto los rebeldes como Occidente atribuyen al Gobierno sirio. Lo que se presenta como elementos probatorios –las grabaciones en YouTube que muestran a personas contorsionándose en el suelo y los cuerpos sin vida– abundan en inconsistencias, sostiene el experto.
"Solamente que en el lugar del supuesto uso de armas químicas vayan y vengan personas sin ni siquiera máscaras protectoras primitivas, dice mucho", señaló el autor.
"Es probable que se haya utilizado una sustancia tóxica, pero no de uso militar. Caso contrario, los camarógrafos hubieran estado tumbados al lado de los objetos de rodaje", señaló.
Asimismo, en las imágenes de cadáveres recogidos en filas, El Miurid reconoce las recientes fotos de la mezquita Al-Fateh, en El Cairo.
El Observatorio de Derechos Humanos, que se encuentra en Londres, proporciona cada vez más detalles, quitándose la responsabilidad de la autenticidad de la información.
"En realidad, este alboroto se basa solo en esta información, cuya veracidad no la confirma nadie", concluyó el experto.