La condena excluye la posibilidad de libertad anticipada.
En junio pasado Bales se declaró culpable en un ajuste judicial para evitar la condena a muerte, por la que es considerada una de las peores atrocidades de la guerra en Afganistán.
Este jueves el acusado, residente en el estado de Washington y padre de dos hijos, se disculpó por el ataque, que describió como un "acto de cobardía".
Los nueve afganos que llegaron a EE.UU. para testificar contra Bales, se negaron a presenciar su intervención en el juicio.
"¿Qué mal le hice al sargento Bales, que mató a mi padre?", preguntó Kahn, un niño de 5 años de edad, al tribunal militar de la base McChord, según ´Los Angeles Times´.
El 11 de marzo de 2012 el sargento abandonó su base militar aprovechando la oscuridad de la noche y abrió fuego contra los residentes de dos aldeas de la provincia de Kandahar. Entre las víctimas había nueve niños y tres mujeres. Algunos de los cuerpos fueron quemados.
El propio Bales no pudo explicar los motivos de la matanza, pero su defensa indica que sus acciones se deben a un trastorno por estrés postraumático y una lesión cerebral que sufrió en una de sus misiones anteriores en Irak.
Bales estaba en su cuarta misión cuando perpetró la mascare en la provincia de Kandahar.