Desde el pasado lunes, miles de campesinos mantienen bloqueadas varias carreteras del país, lo que podría dejar a la nación sin alimentos por falta de abastecimiento, según medios locales. En tanto las autoridades señalaron que las detenciones se llevaron a cabo por los delitos de "porte y fabricación de material explosivo, obstrucción a vía pública, daño en bien ajeno, ataque contra servidor público y terrorismo".
Agregaron también que 117 policías resultaron heridos mientras contenían las manifestaciones, así como un número indeterminado de civiles lesionados.
La Policía advirtió además que las autoridades están preocupadas porque vienen evidenciando un aumento en los niveles de violencia que se presentan en las distintas jornadas de protesta en todo el país.
Por su parte los líderes del paro en el Departamento de Boyacá, el más afectado por las movilizaciones, rechazaron los actos vandálicos que se han registrado en diferentes puntos del Departamento y ratificaron su interés en negociar con el Gobierno.
Además, instaron a la fuerza pública a no seguir actuando con "el desmedido uso de la fuerza y el abuso de autoridad en contra de nuestros campesinos para no afectar los acercamientos" para el diálogo.
Por su parte, el Gobierno ha subrayado que no negociará mientras no se levanten los paros, porque "donde está la violencia no puede existir el diálogo".
El sector agropecuario de Colombia reclama mayor acceso a la propiedad de las tierras y mejoras, más créditos, poner fin a las importaciones de algunos productos, mayor apoyo para exportar sus productos y que no se firmen más tratados de libre comercio porque "eso les está llevando a la quiebra".
Los campesinos también exigen al Gobierno instalar una mesa nacional de interlocución para establecer precios mínimos de sustentación a sus productos y una rebaja para los precios de fertilizantes y semillas.