La posibilidad de una intervención en Siria liderada por Estados Unidos parece cada vez más próxima. Pero a diferencia de otras operaciones, esta vez la Casa Blanca estaría embarcándose en una operación militar en contra de su opinión pública.
Según un sondeo realizado conjuntamente por la agencia Reuters e Ipsos, alrededor del 60% de los estadounidenses encuestados cree que EE.UU. no debe intervenir con sus tropas en la guerra civil siria, mientras que solo el 9% afirma que el presidente Barack Obama debe actuar. La opinión pública muestra que si Obama involucra a su país en un conflicto con Siria, esta sería la guerra más impopular en la historia del país.
Incluso en el momento más grave de la guerra de Vietnam, en mayo 1971, un 28 por ciento de los estadounidenses todavía pensaba que el envío de tropas a ese país había sido una decisión acertada.
Los índices de apoyo a la intervención contra Damasco resultan ridículas comparadas con otras operaciones militares en el exterior lanzadas por la Casa Blanca. El polémico bombardeo de Yugoslavia en 1999 contó con entre el 60 y el 65 por ciento de respaldo popular, mientras que el 90% y el 76% apoyó la invasión de Afganistán en 2001 y la de Irak en 2003, respectivamente.
En lo que se refiere a la intervención en Libia en 2011 tuvo de su parte al 47 por ciento de los norteamericanos. "En Libia bastó solo introducir una zona de exclusión aérea para ganar la guerra. Para derrocar a Gaddafi hubo que aplastar su defensa antiaérea y lo hicieron sin muchos esfuerzos. En Siria esto no les saldrá. En sistema antiaéreo en Siria es mucho más fuerte, tienen aviones modernos rusos. Esto conllevaría grandes pérdidas de aviones y, lo principal, de los pilotos. Estoy seguro de que nadie en ningún país está a favor de enviar a sus hijos a la muerte solo para derrocar a un gobernante árabe", opina el politólogo Georgui Mirski, profesor del Instituto ruso de Economía mundial.
No obstante, Siria lleva al parecer en el punto de mira de EE.UU. desde hace por lo menos doce años. Según declaró en 2011 el general Wesley Clark, el Pentágono puso al país en una lista de siete países susceptibles de ser atacados en las semanas posteriores al 11-S. Esta es la razón por la que a la Casa Blanca puede que no le importe el hecho de que la gran mayoría de los estadounidenses se opongan a la intervención.