Occidente en Siria: contradicciones y dudas sobre la posible intervención

Washington, así como sus aliados, podría aplazar el ataque contra Siria, tal como indican los medios estadounidenses. Mientras, en EE.UU. la postura en contra de la intervención gana más fuerza no solo entre la población, sino también en el Congreso.
Varios representantes oficiales de EE.UU. y sus aliados intensifican sus mensajes bélicos pese a que todavía no se ha presentado ninguna prueba directa del uso de armas químicas por parte del Gobierno sirio. Por su parte, las encuestas indican que la mayoría de los estadounidenses se opone fuertemente a una intervención de su país en Siria, una postura que empieza a ganar terreno en el propio Congreso.

Dudas en el Congreso

Más de 20 miembros del Partido Republicano en la Cámara de Representantes firmaron un mensaje en el que instan al presidente de EE.UU., Barack Obama, a obtener el visto bueno de los legisladores antes de emprender una acción militar. Varios demócratas también apuntan que una intervención sería ilegal.
 
"¿Acaso queremos convertirnos en la fuerza aérea de Al Qaeda? Eso es un asunto muy peligroso que tendría serias consecuencias internacionales. Y tratan de minimizarlo diciendo que simplemente realizaremos un 'ataque dirigido', es decir, un acto de guerra. No estamos hablando de un juego", dice Dennis Kucinich, excongresista del Partido Demócrata. Además, el político señala que Washington se acerca poco a poco a lo que podría convertirse en la tercera guerra mundial. Esta idea la comparten también algunos militares británicos.

Aumentan las tensiones

El oficial naval estadounidense Chris Parry considera que ninguno de los planes trazados por las fuerzas militares de su país para una intervención en Siria les daría resultado y, aún más, afirma que "tendríamos una escalada de tensión tanto dentro del país como en toda la región". 
 
Las autoridades británicas, por su parte, tratan de encontrar una base jurídica para intervenir. El ministro de Exteriores William Hague destaca el concepto de 'intervención humanitaria' como fundamento para iniciar las acciones. Pero no todos los aliados están tan empeñados en atacar.
 
Austria ya negó su espacio aéreo al vuelo de los aviones militares de la OTAN que atacarían Damasco, mientras que Italia anunció que solo cederá sus bases militares en caso de que la operación sea dirigida por la ONU. Sin embargo, no se trata solo de evaluar los pros y los contras de una intervención, sino del destino de la población siria y las consecuencias de un eventual ataque.

Las consecuencias de una intervención

"Un ataque a depósitos de armas químicas tendrá como resultado la dispersión de sustancias tóxicas, lo que contaminaría y destruiría todos los organismos vivos que se encuentres en una gran zona cerca del depósito afectado. Atacar los depósitos de armas químicas supondría un ataque químico estadounidense contra el pueblo sirio", explica Konstantín Sivkov, vicepresidente de la Academia de Cuestiones Geopolíticas de Rusia y doctor en ciencias militares.

Hasta ahora cada bando parece aferrarse a sus posiciones, pero dentro de poco tiempo la balanza podría inclinarse hacia el incremento de la retórica o hacia los argumentos que realmente pesan.