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Europa se recupera tras cinco dias de crisis aérea

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En Moscú, luego de días soleados y con buen tiempo, una densa nubosidad del color gris cubrió el cielo moscovita, lo que hizo recordar que el volcán islandés Eyjafjalla sigue lanzando cenizas esparciéndolas en la atmósfera. Según el mayor epidemiólogo ruso, Guennadi Oníschenko, jefe de la A

En Moscú, luego de días soleados y con buen tiempo, una densa nubosidad del color gris cubrió el cielo moscovita, lo que hizo recordar que el volcán islandés Eyjafjalla sigue lanzando cenizas esparciéndolas en la atmósfera.

Según el mayor epidemiólogo ruso, Guennadi Oníschenko, jefe de la Agencia Federal para la Protección de Consumidores de Rusia, la ceniza del Eyjafjalla no es aún peligrosa para la salud de los rusos. El oficial comentó que ningún ciudadano ruso ha solicitado ayuda médica por causas asociadas a la ceniza volcánica. En todo el territorio del país se examina el aire de la atmósfera y los resultados son normales, aseguró el médico. “Hay que mantener un estilo de vida saludable”, recomendó Oníschenko.

Según datos de la agencia Rosaviación, debido a la explosión del volcán islandés fueron cancelados 505 vuelos y otros 92 se retrasaron. La situación ha afectado los aeropuertos de Moscú, San Petersburgo, Kaliningrado, así como los de varias ciudades de las regiones de Urales, Siberia y el centroeuropeo de Rusia. Por el momento, al menos 12.000 turistas rusos no pueden regresar a casa y están esperando  a que se reabran sus vuelos.

Europa, el continente más afectado por la erupción de Eyjafjalla, comienza a normalizar los vuelos tras cinco días de caos. Esta crisis del transporte aéreo fue reconocida como la más grave de toda la historia de la aviación civil. A partir de las 06.00 GMT de este martes, la mayoría de los países europeos flexibilizarán las restricciones de vuelo impuestas desde el 15 de abril a las compañías aéreas.

Según dijo Bo Redeborn, director de EUROCONTROL (la Agencia Europea para la Seguridad de la Navegación Aérea), el tráfico aéreo se podrá reanudar completamente hasta el jueves, si el volcán islandés no aumenta su actividad. La desición de reanudar los vuelos a partir de las 8 a.m (hora de Europa Central) fue tomada el lunes, durante la videoconferencia de los ministros de transporte de la Unión Europea. Se ha tomado asimismo la desición de convocar a una reunión extraordinaria de los ministros de transporte para discutir las cuestiones prácticas de la liquidación de la crisis aérea.

José Blanco, el ministro de Fomento de España, país que preside la Unión Europea, informó en una rueda de prensa en Madrid que se va a salvaguardar la seguridad de los vuelos basándose en las recomendaciones de EUROCONTROL. De acuerdo con ellas, Europa será dividida en tres partes según la concentración de la ceniza volcánica en la atmósfera y el riesgo para la navegación aérea.

El oficial precisó que la primera zona comprenderá el área más cercana al volcán, donde los vuelos quedarán completamente restringidos. En la segunda zona, donde hay menor concentración de cenizas, quedará bajo observación y los países deberán coordinarse para decidir si permiten o no los vuelos. La tercera zona es aquella que no contiene cenizas, por lo que no se restringirán las operaciones aéreas. José Blanco desmintió las acusaciones de varias compañías aereas europeas que vieron en el asunto “demasiada precaución”, subrayando que lo principal sigue siendo la cuestión de la seguridad.

Mientras que varios países de Europa han empezado a reabrir su espacio aéreo, el Reino Unido está preparándose para la llegada de una segunda nube de ceniza que se está desplazando hacia su territorio y los aeropuertos del país permanecen cerrados.

A pesar de que las autoridades islandesas informaron ayer de que el volcán Eyjafjalla pierde explosividad y la columna de cenizas ha reducido su altura en unos tres kilómetros, en coparación a los ocho o nueve de la semana pasada, las bajas presiones sobre en el mar del Norte y los potentes vientos favorecen su avance de  hacia el continente europeo durante cuatro o cinco días más.

De momento la nube de la ceniza volcánica sigue sobre Europa, a una altura de 8.500 – 10.000 metros, donde normalmente se ubica la mayoría de los corredores aéreos. El problema más grave es que actualmente no hay métodos para medir exactamente la concentración de las finas partículas a distancia, por eso para determinar la zona del esparcimiento de cenizas los científicos europeos emplean modelos matemáticos. Las cenizas volcánicas amenazan los sistemas del apoyo vital es de los aviones, pueden pegarse a las alas y el fuselaje, perjudicando la aerodinámica y la visibilidad. El peligro principal es que la ceniza penetra en sus motores, se funde y paraliza las turbinas.

Según los datos de EUROCONTROL, a partir del 15 de abril se han cancelado más de 63.000 vuelos, la crisis afectó a unos 10 millones de pasajeros, y las pérdidas superaron mil millones de euros (superiores a las provocadas por los atentados del 11 de septiembre de 2001). La Comisión Europea ya se comprometió a prestar auyda a las compañías aéreas europeas por unos 250 millones de euros por cada día de la prohibición de los vuelos.

Al mismo tiempo, la Comisión Europea demanda el cumplimiento de los derechos de los  pasajeros. Ha habido excepciones en las reglas del Acuerdo de Schengen para los pasajeros de terceros países que no pueden regresar a casa. A aquellos a los que se les caduca la visa en este periodo no se les pedirá prolongarla. Las personas varadas en los aeropuertos deben recibir alimentos, servicios médicos y estacionamiento por cuenta de las compañías aereas, pero al mismo tiempo las compañías no les pagarán compensaciones por las demoras, porque se trata de circunstancias de fuerza mayor.

Mientras que en la prensa aparecen comentarios sobre el “alboroto” de la erupción y las medidas “excesivas” de seguridad aérea, los sectores económicos que dependen del transporte aéreo sufren inmensos daños. Entre los más vulnerables se encuentran los operadores de turismo, así como las empresas de jardinería (los jardineros de Kenia, aunque sea un país tan lejano, sufren pérdidas de hasta 2 millones de dólares diarios), así como las compañías agrícolas.

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