Tres cuartas partes de las ciberofensivas han sido en contra de Irán, Rusia, China y Corea del Norte, revela el diario, haciendo referencia a su análisis del "presupuesto negro" de EE.UU. destinado a servir al programa nacional de espionaje que detallan los archivos de Snowden. Las operaciones varían entre deshabilitar las redes informáticas o infiltrarlas (en la mayoría de los casos).
En la creación de la infraestructura -apodada GENIE- que permitió a sus especialistas informáticos controlar las redes extranjeras desde los centros de control remoto en el territorio de EE.UU. (conocidos como 'ROC'), Washington invirtió 651,7 millones de dólares. Este montante fue destinado a introducir "implantes encubiertos" -en otras palabras, un malware sofisticado-, en decenas de miles de ordenadores, 'routers' y cortafuegos (sistemas diseñados para bloquear el acceso no autorizado) foráneos.
De acuerdo con los documentos filtrados, para finales de 2013 GENIE debe tener bajo control, al menos, 85.000 implantes en los dispositivos "elegidos estratégicamente" en todo el mundo, cuatro veces más que en 2008 (cuando tenía solo 21.252). Está programado que en cuanto empiece a funcionar un sistema automatizado de administración de los implantes, que quitará la mayor parte de la carga de los operadores humanos, el número de dispositivos interceptados aumentará a millones.