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"Intervenir en Siria es una cuestión de imagen para EE.UU."
El plan de Barack Obama de intervenir en Siria no obedece tanto a una decisión estratégica como al deseo de EE.UU. de mantener su imagen de líder mundial, según cree un analista político Serguéi Markedónov.
El investigador del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington indicó, citado por el periódico ruso "Vzgliad", que "expertos estadounidenses, incluso de las filas de la inteligencia, se muestran muy escépticos respecto a la intervención en el conflicto sirio".
El pasado domingo el Congreso celebró una sesión a puerta cerrada en la que representantes de los servicios de inteligencia y de la Casa Blanca compartieron con congresistas pruebas secretas que acusan a Damasco del ataque con armas químicas.
Sin embargo, publica el diario, al salir de la sala de reunión los legisladores no parecían muy convencidos. Incluso aquellos que están a favor de la acción militar contra Siria no la justifican ni la explican con pruebas convincentes, sino que alegan la necesidad de reconstruir la imagen del país. "Creo que los miembros del Congreso votarán a favor de una solución militar del conflicto porque, si nos quedamos con los brazos cruzados, no se nos va a ver con buenos ojos", indicó el republicano Sandy Levin.
Mantener la imagen es un motivo crucial para los políticos estadounidenses, incluido Obama, cree Markedónov. Por lo tanto, los representantes del Congreso que respaldan la intervención militar en gran parte se guiarán por "la cuestión de la imagen". El experto opina, no obstante, que una superpotencia como EE.UU. debe comprender que su importancia a nivel global no ofrece solo beneficios, sino que también supone cargas.
El analista político afirmó que el resultado de la votación sobre Siria en el Congreso se ha vuelto impredecible. "No me atrevería a vaticinar los resultados de la votación ahora. Si la decisión de los congresistas es negativa se producirá un precedente muy interesante" y único en la historia estadounidense, indicó Markedónov.
El experto opina también que la negativa del Congreso podría ayudar a Obama a salir airoso de una situación bastante ambigua. "El presidente quiere, al menos, compartir responsabilidades" por la decisión, destaca el experto.
Al mismo tiempo, "de rechazar el Congreso la medida se podrá decir que tenemos un país democrático", sobre todo porque la Constitución de EE.UU. recomienda declarar la guerra por decisión del poder legislativo, por lo que el presidente podrá argumentar que actuó de acuerdo con la Constitución y los principios de la democracia. Y si, al contrario, el Congreso apoya la decisión de Obama, entonces sus planes adquirirán un mayor grado de la legitimidad política.
El pasado domingo el Congreso celebró una sesión a puerta cerrada en la que representantes de los servicios de inteligencia y de la Casa Blanca compartieron con congresistas pruebas secretas que acusan a Damasco del ataque con armas químicas.
Sin embargo, publica el diario, al salir de la sala de reunión los legisladores no parecían muy convencidos. Incluso aquellos que están a favor de la acción militar contra Siria no la justifican ni la explican con pruebas convincentes, sino que alegan la necesidad de reconstruir la imagen del país. "Creo que los miembros del Congreso votarán a favor de una solución militar del conflicto porque, si nos quedamos con los brazos cruzados, no se nos va a ver con buenos ojos", indicó el republicano Sandy Levin.
Mantener la imagen es un motivo crucial para los políticos estadounidenses, incluido Obama, cree Markedónov. Por lo tanto, los representantes del Congreso que respaldan la intervención militar en gran parte se guiarán por "la cuestión de la imagen". El experto opina, no obstante, que una superpotencia como EE.UU. debe comprender que su importancia a nivel global no ofrece solo beneficios, sino que también supone cargas.
El analista político afirmó que el resultado de la votación sobre Siria en el Congreso se ha vuelto impredecible. "No me atrevería a vaticinar los resultados de la votación ahora. Si la decisión de los congresistas es negativa se producirá un precedente muy interesante" y único en la historia estadounidense, indicó Markedónov.
El experto opina también que la negativa del Congreso podría ayudar a Obama a salir airoso de una situación bastante ambigua. "El presidente quiere, al menos, compartir responsabilidades" por la decisión, destaca el experto.
Al mismo tiempo, "de rechazar el Congreso la medida se podrá decir que tenemos un país democrático", sobre todo porque la Constitución de EE.UU. recomienda declarar la guerra por decisión del poder legislativo, por lo que el presidente podrá argumentar que actuó de acuerdo con la Constitución y los principios de la democracia. Y si, al contrario, el Congreso apoya la decisión de Obama, entonces sus planes adquirirán un mayor grado de la legitimidad política.
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