Conforme a otros datos, la explosión pudo tener lugar en un coche repleto de chatarra en territorio sirio.
La agencia de noticias Anadolu precisa que entre los muertos hay un ciudadano turco, mientras que el resto son sirios. Según los datos del periódico 'Hurriet Daily', los fallecidos formaban un grupo de contrabandistas que transportaba chatarra siria al país vecino.
La Policía y el Ejército turcos han reforzado las medidas de seguridad en la zona y han iniciado una investigación del suceso.
La explosión se produjo mientras se agravan a nivel internacional las tensiones acerca del conflicto interno sirio. El presidente de EE.UU., Barack Obama, declaró el 31 de agosto que el país norteamericano podría atacar Siria incluso sin la autorización de la ONU. Este 3 de agosto exhortó al Congreso a votar de manera urgente sobre una operación militar contra el país árabe.
A su juicio, el mandatario sirio, Bashar al Assad, debe "rendir cuentas" por el supuesto uso de armas químicas contra los grupos insurgentes, una acusación que ponen en duda Gobiernos de otros países.
Así, el Gobierno ruso tachó de provocación los informes sobre el uso de gases venenosos por el Ejército de Siria. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, solicitó que EE.UU. presentase ante los inspectores y el Consejo de Seguridad de la ONU las pruebas del presunto crimen de guerra por parte de Damasco, dado que la argumentación actual "no resiste ninguna crítica".