"La intervención de EE.UU. en Siria conllevará un genocidio étnico y religioso"

La operación militar de EE.UU. en Siria será un apoyo directo a Al Qaeda y tendrá como objetivo eliminar la comunidad de los alauitas sirios, incluido el más conocido de ellos, el presidente Bashar al Assad, opina un analista político ruso.
Nikolái Bobkin, en un análisis sobre el tema publicado en el portal Fondsk (Fundación de la Cultura Estratégica), indicó que el conflicto entre diferentes facciones étnicas y religiosas en la región se hace cada vez más sangriento, mientras que Washington, por su parte, evidentemente eligió prestar su apoyo solo a una de las partes.

El experto opina que las autoridades estadounidenses comparten el lema de Al Qaeda 'Alauitas, a la tumba’, por lo que su operación militar será destinada a eliminar esa comunidad religiosa minoritaria de Siria.
Bobkin recuerda que la intervención de EE.UU. y la OTAN en Yugoslavia, por ejemplo, dejó al país desmembrado por motivos étnicos y religiosos. Según el experto, la Casa Blanca preparó un escenario parecido para Siria.
 
El analista señala que Hafez al Assad y su hijo Bashar al Assad lograron establecer en su país un sistema político relativamente estable en el que las diferencias religiosas se mitigan en gran medida con la ayuda de la ideología de la conciencia nacional. Los ciudadanos del país se consideran en primer lugar sirios y solo después árabes, kurdos, sunitas, drusos o alauitas.
 
De acuerdo con los datos de la ONU, en 2011 la población de Siria era de 20,8 millones de personas pertenecientes a un total de 33 grupos étnicos. Los musulmanes sunitas sirios representan cerca del 80% de la población, al tiempo que los representantes de la rama chiita del islam, los alauitas y los drusos, representan entre un 10% y 15% de la población. 
Aunque los sunitas suelen subestimar la cantidad de alauitas que hay en Siria, actualmente en el país residen casi tres millones de miembros de este grupo religioso. Asimismo, Bobkin subraya que se trata de la población autóctona del país, que ocupa los territorios que le pertenecen históricamente. Después de la caída del Imperio otomano en 1918, explica el analista, cuando Siria quedó bajo el control de Francia, un Estado alauita con capital en la ciudad de Latakia llegó a ser una de las partes autónomas del país, y se mantuvo relativamente independiente durante más de diez años.
El analista internacional opina que en los últimos meses el Gobierno del país árabe ha emprendido esfuerzos para preservar el 'corredor' que une Damasco con la región montañosa alauita a lo largo de la costa mediterránea, donde se encuentra una base logística de la Marina rusa, Tartus. Por ello, según concluye Bobkin, el blanco principal del posible ataque aéreo de EE.UU. serían las antiguas fronteras coloniales, para así despejar el camino para la intervención masiva en zonas densamente pobladas por alauitas en Latakia, Tartus y Banias, lo que supondría el genocidio de esta minoría religiosa. 

Asimismo, el experto afirmó que actualmente en Siria se puede "observar una variedad de ejemplos de cómo los alauitas están luchando hombro a hombro con los cristianos sirios contra los grupos armados en defensa de su país, mientras que los mercenarios extranjeros y sus aliados occidentales tratan de privarles del derecho legal de vivir en su patria".