"Confío en el diálogo y estoy dispuesto a reunirme con los miembros de la delegación rusa", dijo en una entrevista para la agencia de noticias rusa Itar-Tass el congresista demócrata de Nueva York Gregory Weldon Meeks, impulsor de la asociación de legisladores del Congreso interesados en el desarrollo de las relaciones ruso-estadounidenses, después de una reunión informativa cerrada sobre Siria que el Gobierno de Obama ha organizado para los miembros de la Cámara de Representantes y el Senado.
A la pregunta de cuál será la agenda de la reunión con los parlamentarios rusos, Meeks respondió que estaba dispuesto a discutir todos los temas, incluido el de Siria.
En el mismo sentido se ha expresado Sheila Jackson-Lee, demócrata de Texas y miembro de la cámara de representantes, que señala que los legisladores estadounidenses siempre están abiertos al diálogo con sus colegas extranjeros.
La visita de la delegación rusa sigue en estado de preparación y aún no se especifica ni quién la integrará ni qué formato tendrá la reunión, que supuestamente se llevará a cabo la semana que viene, declara la misión diplomática rusa.
Los diplomáticos rusos planean organizar reuniones tanto con los miembros del Senado como con los de la Cámara de Representantes, que representan las dos partes del sistema gubernamental estadounidense: el Partido Demócrata, actualmente en el poder, y el Republicano.
A diferencia de los legisladores ordinarios del Congreso de EE.UU., su dirección se niega tajantemente a dialogar con los colegas rusos. Así, el líder de la mayoría de la Cámara Alta del Congreso, el senador de Nevada, Harry Reid, rechazó el jueves reunirse con la delegación para discutir la cuestión sobre Siria. Reid justificó su decisión por las profundas divisiones en la postura sobre Siria. Según los informes, el senador ya hizo llegar sus argumentos a la parte rusa.
Un día antes, el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, también rechazó una solicitud por parte de diplomáticos rusos. Pero si el líder demócrata Reid presentó sus argumentos 'en contra', el republicano Boehner ni siquiera consideró necesario explicar las razones por las que se negó a recibir a los parlamentarios.
Algunos expertos independientes opinan que con su rechazo los líderes del Congreso tratan de evitar que la delegación rusa aporte discordia en el debate sobre Siria que actualmente se discute en el Capitolio.