El analista Semión Bagdasárov, en una entrevista a la cadena de radiodifusión internacional La Voz de Rusia, indicó que los sistemas de defensa antiaérea de los que dispone Damasco son capaces de interceptar los misiles de crucero Tomahawk que EE.UU. planea lanzar en el inicio de su operación militar en Siria.
Los Tomahawk tienen un alcance de 600 a 2.000 kilómetros y velocidad subsónica, y siguen una trayectoria muy baja para dificultar su interceptación. Los sistemas antiaéreos sirios que pueden hacer frente al posible ataque con estos misiles son, entre otros, el S-200 Angará y S-200M Vega-M.
El experto afirma que, aunque son aparatos algo desactualizados, disponen de un sistema eficaz para interceptar los Tomahawk. Los S-200 pueden alcanzar objetivos que se encuentren a una distancia de 150 kilómetros de la costa siria, algo que proporciona una protección total de los puertos sirios de Tartus y Latakia.
Asimismo, Siria tiene a su disposición el sistema antiaéreo cañón-misil más avanzado de producción rusa, el Pantsir-S1. Los misiles del Pantsir-S1 (otro elemento del sistema son cañones de calibre de 30 mm) tienen una velocidad de 1.300 metros por segundo y un alcance de 20 kilómetros (y 15 kilómetros en altura). Dichos sistemas son capaces de atacar cuatro objetivos simultáneamente.
Según Bagdasárov, Siria también cuenta con los Buk-M1 y Buk-M2, sistemas antiaéreos capaces de disparar contra aviones como los estadounidenses F-15, e incluso los F-18, que la aviación marina de EE.UU. podría utilizar a bordo del Nimitz, el portaaviones que los estadounidenses enviaron al mar Mediterráneo.
El experto agrega que Damasco también puede hacer uso del sistema antimisiles costero Bastión, equipado con los misiles antibuques rusos Yakhont (también conocidos como P-800 Ónix),con un alcance de 300 kilómetros. "Se trata de un arma de muy alta precisión, que puede ser efectiva contra buques de EE.UU." si fuera necesario, subraya Bagdasárov.
El analista opina que el plazo de 60 días establecido para el ataque se convertirá progresivamente en un conflicto a gran escala, con la participación de algunos de los aliados estadounidenses. "Por ejemplo, no hay duda de que Turquía va a participar en esta guerra", considera Bagdasárov.
Es crucial, cree el experto, que en la primera etapa de la intervención, en caso de que esta tenga lugar, el Ejército sirio "utilice todo el armamento del que dispone no solo contra los misiles y portaaviones de EE.UU.", sino también contra los de sus aliados, con el fin de que los 'agresores' se den cuenta de que el conflicto no se limitará a acciones defensivas.