Agentes surcoreanos frustran la misión letal de dos espías norcoreanos

Dos espías de Corea del Norte disfrazados de refugiados entraron en Corea del Sur con el objetivo de llevar a cabo la misión de asesinar al desertor más prominente de su gobierno, según han confesado a la Fiscalía de Seúl. Los dos oficiales militares recibieron la orden de asesinar, presunt

Dos espías de Corea del Norte disfrazados de refugiados entraron en Corea del Sur con el objetivo de llevar a cabo la misión de asesinar al desertor más prominente de su gobierno, según han confesado a la Fiscalía de Seúl.

Los dos oficiales militares recibieron la orden de asesinar, presuntamente, a Hwang Jang Yop, un ex miembro del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte, "que se ha convertido en una figura odiada desde que desertó a Seúl hace 13 años".



Su presencia en el Sur plantea cuestiones sobre otros espías de Corea del Norte que podrían operar sin ser detectados en la zona desmilitarizada.

Kim Myong Ho y Myong Dong Kwan, ambos de 36 años y comandantes del Ejército Popular de Corea (KPA), pueden ser condenados a muerte de ser acusados de conspiración para cometer el asesinato y la violación de la ley de seguridad nacional de Corea del Sur.

Los dos agentes secretos fueron descubiertos después de que algunos investigadores notaron incongluencias en sus historias personales, durante un interrogatorio rutinario después de su ‘deserción‘ a través de China y Tailandia.

Según el documento de acusación, fueron encargados de rastrear a Hwang, quien ha estado viviendo bajo vigilancia las 24 horas en un lugar secreto desde que desertó en Beijing en 1997.

Hwang fue ideólogo de Corea del Norte, un asesor cercano al presidente fundador, el difunto Kim Il Sung, y formulador de la ‘filosofía‘ nacional de juche, o autosuficiencia.
Su deserción fue una humillación profunda a la actual líder de Corea del Norte, Kim Jong Il, y llevó al país a una intensa crisis, cuando cientos de miles, y quizás, millones de norcoreanos se morían de hambre.

En este momento, muchos observadores del gobierno de Kim Jong Il, predicen su inminente colapso, y nombran a Hwang como un posible líder de un liberado Corea del Norte de la misma manera que Ahmad Chalabi, del Congreso Nacional Iraquí, fue considerado como un reemplazo para una depuesto Saddam Hussein.

Pero el régimen del Norte sobrevive, y Hwang pasa su tiempo escribiendo libros y dando conferencias denunciando a sus antiguos camaradas.

Sólo 85 norcoreanos desertaron en el mismo año que Hwang, pero en 2008 esa cifra se incrementó hasta los 2.800. En ocasiones anteriores Corea del Norte ha sido acusada de enviar escuadrones de la muerte para matar a sus desertores, aunque tales afirmaciones son a menudo difíciles de probar.

En 1996, el cónsul de Corea del Sur en la ciudad rusa de Vladivostok fue muerto a golpes por un asaltante desconocido fuera de su casa, un ataque que se atribuyó al Norte.

Pocos días después de la huida de Hwang, Ri Yong Han, un sobrino de la fallecida esposa de Kim Jong Il, fue muerto a tiros en plena luz del día, 15 años después de desertar a Seúl.