"Los estrategas estadounidenses optan ahora por una descarga masiva de misiles, seguida rápidamente de otros ataques sobre los objetivos no alcanzados o no destruidos por el ataque inicial", informa el diario 'Los Angeles Times', citando fuentes del Departamento de Defensa estadounidense.
La Casa Blanca ha pedido una lista de objetivos ampliada para incluir "muchos más" que la lista inicial, de medio centenar de objetivos. EE.UU. quiere obtener una potencia de fuego adicional para neutralizar a las dispersas fuerzas del Gobierno sirio, declararon los funcionarios estadounidenses al diario.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, ha negado una información recientemente difundida sobre la supuesta orden dada para ampliar la lista de blancos en el ataque planeado a Siria. El mandatario agregó que el ataque contra Siria “será limitado y proporcional”.
Los estrategas del Pentágono contemplan ahora la participación de bombarderos de la Fuerza Aérea y de cinco destructores estadounidenses que patrullan actualmente el Mediterráneo oriental, para lanzar misiles de crucero y misiles aire-tierra, permaneciendo fuera del alcance de la defensa antiaérea siria, agregó.
"Habrá varias descargas y una evaluación tras cada ataque, pero todo limitado a 72 horas y una indicación clara cuando hayamos terminado", indicaron las fuentes en condición de anonimato.
Anteriormente se informó que Washington no llevará a cabo en Siria una ofensiva a gran escala, similar a la realizada en Irak y Afganistán. El presidente estadounidense declaró que el ataque "no será una intervención sin plazos concretos" y eludió responder a una pregunta de los periodistas si ordenaría el ataque en caso de que el Congreso no apoyará su iniciativa.
El próximo 11 de septiembre el Senado de EE.UU. votará un proyecto de resolución sobre un eventual ataque al país árabe, propuesto por el presidente Obama, en respuesta al empleo de armas químicas supuestamente por el Gobierno sirio contra la población civil el pasado 21 de agosto cerca de Damasco.