"La mayoría de los sirios que huyeron de sus hogares no son refugiados, sino migrantes temporales. Nunca han abandonado su país natal y no tienen la intención de hacerlo. Viven en sus casas de campo, en casas de sus familiares y están esperando a que el Ejército eche a los rebeldes de sus aldeas", indica la periodista en su blog, publicado en la web de la emisora rusa Ejo Moskvý ('El eco de Moscú').
Por ello, si estas personas pueden permitirse quedarse en su país, Kóchneva se pregunta quiénes son los dos millones de refugiados que se fueron a los países vecinos, y responde que los que actualmente se encuentran en campos de refugiados como el de Zaatari, en Jordania, "son los familiares de aquellos que durante los últimos dos años han matado a sus vecinos en Siria".
"A los que viven en Zaatari, una especie de gueto, o en los campamentos de Turquía sus propios compatriotas los maldicen. Aunque en su país no van a afrontar ninguna acusación penal, tienen miedo de volver a Siria", señala la periodista ucraniana, residente en Damasco.
Kóchneva agrega que en el Líbano no hay campamentos, por lo que "los bandidos y sus familias entran ilegalmente en el país y representan un problema grave para sus vecinos". "Organizan tiroteos, secuestran a personas con diferentes propósitos y realizan ataques sangrientos en zonas cuya población respalda el Gobierno sirio", explica la periodista.
Sin embargo, añade la antigua rehén de los rebeldes sirios, en el territorio libanés también hay un número de 'verdaderos' refugiados, en su mayoría cristianos de Homs y Quseir, que se vieron obligados a huir al Líbano. "Estos refugiados son muy diferentes de los que viven en Zaatari. Abandonaron Siria porque verdaderamente sus vidas corrían peligro. A diferencia a los 'refugiados' de Zaatari, estos volverán a su país tan pronto como sea posible, pero solo si no asume el poder el bando de los 'bandidos'", indicó Kóchneva.
"La mayoría de la población, un 90%", asegura la periodista, "están a favor de la estabilidad: necesitan salarios, prestaciones, subsidios del Estado, atención médica... Y eso solo puede garantizarse si el Gobierno se mantiene en el poder", subraya Kóchneva.
La periodista concluye que para poder distinguir entre los que dicen la verdad y los que mienten sobre Siria hay tener en cuenta que "ningún 'revolucionario' te invitará a la Siria de hoy, porque sabe que no vas encontrar pruebas de lo que él cuenta con tanto entusiasmo".
Casi un tercio de la población siria, 7 millones de personas, ha sido desplazada por el conflicto en el país, según los datos de los que dispone la ONU. De ellos, 5 millones siguen viviendo en Siria, mientras que alrededor de 2 millones han huido a los países vecinos, la mayoría al Líbano, Jordania, Turquía, Irán y Egipto. La mitad de los sirios refugiados en esos países son niños.
Anhar Kóchneva, periodista y bloguera 'freelance' que trabajaba para medios rusos y ucranianos, fue secuestrada a principios de octubre del 2012 cerca de la ciudad siria de Homs.
Los secuestradores, que eran miembros del Ejército Libre Sirio, amenazaron en varias ocasiones con matarla si no pagaban un rescate 50 millones de dólares. Más tarde redujeron la suma hasta 300.000 dólares. Los rebeldes dijeron que planearon ejecutar a Kóchneva el 16 de diciembre, pero que decidieron "darle una segunda oportunidad".
Después de pasar más de 150 días en cautiverio, algo que mermó profundamente su salud, Kóchneva escapó. La periodista caminó 15 kilómetros por una zona montañosa antes de toparse, en un golpe de suerte, con unas personas que le ayudaron a llegar a una zona controlada por las fuerzas gubernamentales.