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Policías de EE.UU.: De héroes a villanos
Ser policía en EE.UU. era hasta hace poco una labor honorable desempeñada por ciudadanos respetados. Sin embargo, la realidad muestra que actualmente los guardianes de la ley se parecen cada día menos a los 'buenos chicos' de películas de Hollywood.
Hoy en día, los estadounidenses temen cada vez más a los policías mientras los uniformados ejercen mayor autoridad sobre sus conciudadanos.
Durante los últimos meses, los medios de comunicación se han visto saturados por noticias deplorables, en las que los protagonistas son, desafortunadamente, policías, según revela un artículo publicado por Fbii.org.
Alegando que el sospechoso "opuso resistencia", la policía mató a John Wrana, un veterano de la Segunda Guerra Mundial de 95 años que residía en un hogar geriátrico.
Si en las películas de acción de Hollywood el jefe de Policía es quien mantiene la ley y el orden, en la vida real no fueron gánsteres sino los oficiales bajo la dirección del sheriff de Los Angeles los que durante años mantuvieron atemorizados a un barrio entero, el Antelope Valley. La policía irrumpía en las casas sin órdenes judiciales y realizaban allanamientos y detenciones ilegales.
En otro incidente, agentes que iban armados hasta los dientes como para llevar a cabo una operación especial mataron a un venado en un refugio de animales, lo que no parece que sea un caso aislado: solo en 2008 la policía de Chicago mató a 488 animales a tiros.
El pasado mes de junio un hombre demandó al agente de la Policía de Chicago Jorge López por sodomizarle con un arma de fuego y usar una fuerza excesiva para forzarle a colaborar en la captura de un presunto traficante de drogas.
Mientras, en Florida un patrullero asesinó a un adolescente por su "aspecto sospechoso", consistente en una capucha sobre la cabeza.
En los últimos años la imposición insistente del "riesgo ante la amenaza terrorista" ha servido de gran excusa para reforzar los poderes de la Policía y el número de uniformados. Del mismo modo sirve como forma para distraer la atención de la gente y alejarla de los escándalos sobre los programas de vigilancia implementados por las fuerzas de seguridad, lo que acentúa aún más la transformación del país en un estado policial.
Durante los últimos meses, los medios de comunicación se han visto saturados por noticias deplorables, en las que los protagonistas son, desafortunadamente, policías, según revela un artículo publicado por Fbii.org.
Alegando que el sospechoso "opuso resistencia", la policía mató a John Wrana, un veterano de la Segunda Guerra Mundial de 95 años que residía en un hogar geriátrico.
Si en las películas de acción de Hollywood el jefe de Policía es quien mantiene la ley y el orden, en la vida real no fueron gánsteres sino los oficiales bajo la dirección del sheriff de Los Angeles los que durante años mantuvieron atemorizados a un barrio entero, el Antelope Valley. La policía irrumpía en las casas sin órdenes judiciales y realizaban allanamientos y detenciones ilegales.
En otro incidente, agentes que iban armados hasta los dientes como para llevar a cabo una operación especial mataron a un venado en un refugio de animales, lo que no parece que sea un caso aislado: solo en 2008 la policía de Chicago mató a 488 animales a tiros.
La agresión no es solo armada
Reflejo de otro tipo de agresión, en este caso sexual, una serie de videos ha conmocionado Internet, mostrando lo que parece ser ya una práctica común entre los policías de EE.UU.: cachear las partes íntimas de las mujeres que viajan por las carreteras del país.El pasado mes de junio un hombre demandó al agente de la Policía de Chicago Jorge López por sodomizarle con un arma de fuego y usar una fuerza excesiva para forzarle a colaborar en la captura de un presunto traficante de drogas.
Mientras, en Florida un patrullero asesinó a un adolescente por su "aspecto sospechoso", consistente en una capucha sobre la cabeza.
En los últimos años la imposición insistente del "riesgo ante la amenaza terrorista" ha servido de gran excusa para reforzar los poderes de la Policía y el número de uniformados. Del mismo modo sirve como forma para distraer la atención de la gente y alejarla de los escándalos sobre los programas de vigilancia implementados por las fuerzas de seguridad, lo que acentúa aún más la transformación del país en un estado policial.
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