Por otro lado, el mandatario acusó al gobierno de Salvador Allende de haber propiciado un resquebrajamiento de la democracia en los años previos al golpe del 11 de septiembre de 1973. No obstante, bajo la idea de que el fin no justifica los medios, Piñera criticó las violaciones de derechos humanos por medio de torturas, el terrorismo y la desaparición de personas durante la dictadura de Pinochet.
El discurso de Piñera, que además elogió a las fuerzas del orden, ha sido fuertemente contestado por los sectores de izquierda, ya que en los últimos años las fuerzas policiales vienen reprimiendo violentamente las manifestaciones populares.
Paralelamente, la expresidenta Michelle Bachelet protagonizó un acto en el Museo de la Memoria, donde aseguró que no hay reconciliación posible ante la falta de justicia y verdad. "Los crímenes cometidos son responsabilidad de quienes los cometieron y de quienes los justificaron", subrayó.
¿Y la memoria histórica?
El analista Internacional Aníbal Garzón opina que con esas declaraciones Piñera intenta ocultar las relaciones que mantuvo su país con EE.UU. en los tiempos de la dictadura de Pinochet. Garzón considera que el presidente chileno solo ha querido ser diplomático y lamenta que no se haya hecho nada de memoria histórica sobre las barbaridades del régimen de Augusto Pinochet tras el golpe de estado contra el gobierno democrático de Salvador Allende."Actualmente Chile está llevando una buena relación con EE.UU.: lleva un Tratado de Libre Comercio, es miembro de la Alianza del Pacifico. Se acerca mucho a lo que son los planes neoliberales en vinculación con EE.UU. con países como México, Colombia, Perú para hacer frente a dos modelos crecientes en América Latina, uno es el ALBA, liderado por Venezuela, y el otro es Brasil y Argentina que lideran la Mercosur", subraya Garzón.