Reino Unido desoyó el rechazo del pueblo británico contra la dictadura de Pinochet

Reino Unido empezó a colaborar con el régimen de Augusto Pinochet inmediatamente después de que derrocara al presidente electo chileno Salvador Allende. Muchos británicos exigían tomar medidas contra la dictadura, pero Londres desoyó sus peticiones.
Documentos gubernamentales desclasificados muestran las duras críticas que los diplomáticos británicos dirigieron a los activistas de derechos humanos y periodistas que trataron de informar al mundo sobre las desapariciones y la torturas de miles de chilenos, recoge el diario británico 'The Guardian'. El rotativo señala, basándose en los informes, que los funcionarios de Reino Unido tenían a los periodistas chilenos en la mira y trataron de manipular la noticia dando su versión a los medios británicos.

El pueblo británico se solidarizó, el gobierno no

Por otro lado, los archivos también revelan la alentadora historia de que el pueblo británico expresó su preocupación y solidaridad ante lo que acontecía en ese país sudamericano. Entre las carpetas de los documentos desclasificados se pueden encontrar cartas en las que hacen llamamientos al gobierno de Edward Heath a tomar medidas contra Pinochet.

Así, los sindicalistas pedían no vender buques militares a la dictadura chilena a pesar de que el rechazo a estos contratos significaba para ellos una pérdida de puestos de trabajo. Pero el gobierno británico hizo caso omiso a las peticiones y continuó enviando buques a Chile.

En 1974, cuando llegó al poder el Partido Laborista, se dejaron de firmar contratos para suministrar armas y préstamos a Pinochet, pero los contratos existentes tuvieron que realizarse. Fue entonces cuando los trabajadores de la empresa de ingeniería East Kilbride, en Escocia, se negaron a reparar los motores de avión destinados a Chile, lo que obligó a la empresa Rolls Royce a romper el acuerdo con la Fuerza Aérea de Chile.

Sin embargo, todos estos esfuerzos fueron en vano. En 1979, cuando llegó al poder Margaret Thatcher, se restauraron las  relaciones diplomáticas con Pinochet  y el suministro de armas se reanudó. El diario británico considera que el intento británico para desarollar una política exterior moral se había terminado.

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