Según informa el diario 'The Washington Post', citando a funcionarios estadounidenses y fuentes sirias, el suministro de armas al territorio sirio empezó hace dos semanas a través de una red de bases clandestinas en Turquía y Jordania que la CIA comenzó a desarrollar el año pasado para ayudar a sus aliados regionales, principalmente Arabia Saudí y Qatar.
La ayuda letal de EE.UU. contempla armas ligeras y municiones, entre otros equipos militares, pero está todavía lejos de satisfacer las demandas de los rebeldes, que piden armas antitanque y antiaéreas.
Las armas van destinadas al Consejo Militar Supremo, la única estructura profesional de las fuerzas rebeldes, que está liderada por el general Salem Idriss e integrada por desertores de diferentes rangos de las Fuerzas Armadas sirias.
La primavera pasada el Departamento de Estado de EE.UU. empezó a enviar ayuda no letal a los rebeldes sirios aunque sin incluir gafas de visión nocturna e indumentaria protectora, como solicitaron los rebeldes.
Según los cálculos que presentó en un comunicado el Departamento de Estado en abril, en total EE.UU. gastará 250 millones de dólares en suministros de equipamiento bélico ‘no letal’ y medicamentos destinados a los rebeldes sirios.
A pesar de que la administración de Obama anunció hace unos meses que iba a aumentar la ayuda a los rebeldes sirios, los suministros fueron suspendidos a causa de los problemas logísticos y el temor de los funcionarios a que cualquier ayuda pudiera terminar en manos de los yihadistas.