La doctora Helen Caldicott sostiene que el gobierno japonés aún no ha encontrado soluciones efectivas para contrarrestar los problemas que dejó la catástrofe, subrayando que una gran parte de la población sigue expuesta a la radiación.
El reactor se encuentra en la base sólida que ahora vuelve a desestabilizarse
"Aproximadamente dos millones de personas siguen viviendo en áreas con altos niveles de contaminación en la prefectura de Fukushima y otras zonas", denuncia Caldicott en declaraciones a RT, recordando que, por ejemplo, "zonas similares fueron rápidamente evacuadas en la URSS tras el accidente de Chernóbil".
A los médicos japoneses se les ordenó no informar a sus pacientes sobre los problemas de salud vinculados con la radiación
La experta explica que los elementos radioactivos con un periodo de desintegración de cientos de años, como tritio, el cesio o gases nobles como el xenón, kriptón y argón afectan al ADN causando mutaciones genéticas, patologías congénitas, cánceres en una serie órganos y retrasos en el desarrollo mental. Pero la situación se agrava —dice— porque "a los médicos japoneses se les ordenó no informar a sus pacientes sobre los problemas de salud vinculados con la radiación".
Según la doctora, una de las amenazas potenciales está vinculada con la contaminación del océano Pacífico por agua radiactiva. De hecho, se estima que la Compañía de Energía Eléctrica de Tokio (TEPCO), operadora de la central nuclear, ha vertido cada día en el océano Pacifico 300 toneladas de agua radiactiva durante los últimos 30 meses.
Según la experta, la liquidación de las consecuencias de contaminación por desechos radiactivos no es el único problema difícil de solucionar. "El reactor se encuentra en una base sólida que ahora vuelve a desestabilizarse", recuerda Caldicott.