El Estado Islámico de Irak y el Levante (Isil, por sus siglas en inglés), guerrilla islámica que originalmente surgió en Irak en 2006 y ahora actúa en Siria controlando las zonas occidentales de Alepo, declaró el inicio de una campaña llamada 'Limpiando el Mal'. La ofensiva estará dirigida contra otras dos agrupaciones de rebeldes, las Brigadas Bashair al-Nasr y Farouq, esta última la mayor unidad dentro del Ejército Sirio Libre.
Ambas brigadas tradicionalmente han sido consideradas relativamente moderadas, aunque las autoridades sirias y varios grupos de observadores las tachan de "extremistas" y las acusan de perseguir a la población cristiana. En el caso de las brigadas Al-Nasr, los expertos rusos las responsabilizan del ataque químico con el gas sarín en los alrededores de Alepo el 19 de marzo de 2013.
En su declaración el Isil acusa a Al-Nasr y Farouq de colaborar con el régimen de Bashar al Assad y de haber atacado abiertamente al Estado Islámico.
Según denuncia la agencia estadounidense de noticias Reuters, en los últimos meses las tensiones entre diferentes grupos de la oposición siria se han intensificado. Haciendo referencia a analistas y testigos, puntualiza que se trata de 'fisuras' no solo en las relaciones entre grupos islamistas y no islamistas, sino también entre diferentes grupos islamistas que discuten la forma exacta de imponer la ley islámica en las zonas que controlan.
Hay discrepancias continuas entre Ahrar ash-Sham, la unidad más poderosa que lucha contra el Gobierno de Al Assad (fundada por los islamistas que durante décadas fueron prisioneros políticos en Siria, hasta que salieron en libertad tras la amnistía gubernamental en mayo de 2011), el Frente al Nusra (grupo catalogado como terrorista tanto por el Gobierno de Al Assad, como por Rusia y EE.UU.) e Isil. Según insistió ante Reuters uno de los rebeldes bajo anonimato, los líderes de las tres agrupaciones se reúnen constantemente, pero no logran poner fin a los enfrentamientos entre sus militantes. Casos frecuentes de asesinatos y secuestros de los líderes rebeldes a manos de agrupaciones rivales confirman este dato.
Aparte, se registran numerosos enfrentamientos locales relacionados no ya con la ideología, sino más bien con la rivalidad por el control territorial o botines de guerra. Por el momento, es imposible dar ni siquiera estimaciones aproximadas de las víctimas entre la población civil causadas por este aspecto de la guerra civil siria.